PyeongChang 2018 será recordada como una de las mejores Olimpiadas de invierno de la historia, o la mejor, según las palabras del presidente del Comité Olímpico Internacional Thomas Bach en la ceremonia de clausura de los juegos el domingo.
Razones hay muchas.
Tabla de medallas |
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País |
Oro |
Plata |
Bronce |
Total |
1. Noruega |
14 |
14 |
11 |
39 |
2. Alemania |
14 |
10 |
7 |
31 |
3. Canadá |
11 |
8 |
10 |
29 |
4. EE.UU. |
9 |
8 |
6 |
23 |
5. Holanda |
8 |
8 |
8 |
20 |
Historias de amor sobre el hielo y la nieve; el choque de generaciones en lo más alto del podio entre las viejas glorias que regresaron por sus coronas perdidas y la irreverencia de una legión de adolescente; el drama de las milimétricas diferencias entre el éxito y el fracaso e hitos que en otro momento se pensó que nunca se lograrían, como la participación de un equipo unificado de Corea.
La mayoría de los grandes nombres llamados a ser protagonistas cumplieron con la expectativa, pero también hubo héroes inesperados que desafiaron la lógica deportiva.
Te contamos siete de las estrellas en PyeongChang que tuvieron brillo propio.
1. El mexicano y su pandilla
Fue la imagen más pura del espíritu olímpico, cuando el mexicano Germán Madrazo, último en cruzar la línea de meta de los 15 kilómetros de esquí de fondo, fue esperado por quienes habían sido sus compañeros en la casi imposible aventura de clasificar a los juegos olímpicos.
Y es que pese a que hace un año hubo quienes no sabían esquiar y otros que nunca habían intentado una prueba de esquí a campo traviesa, todos pudieron completar la exigente prueba sobre la nieve surcoreana.
De allí que el colombiano Sebastián Uprimny, el portugués Kequyen Lam, el marroquí Samir Azzimani y la popular figura del torso desnudo Pita Taufatofua, de Tonga, recibieron a un sonriente Madrazo en la meta y lo elevaron sobre sus hombros.
2. País pequeño, multitud de medallas
Es el país que más medallas acumula en la historia de los olímpicos de invierno, pero hace 12 años Noruega había tocado fondo cuando tuvo su peor participación en una olimpiadas al sólo acumular dos medallas de oro en Turín.
Parecía una cosecha lógica para un país que cuenta con poco más de cinco millones de habitantes en comparación con superpotencias en recursos y población como Rusia, Estados Unidos o Alemania.
Pero el país nórdico quiso recuperar el protagonismo perdido y lo hizo de una manera impactante.
Noruega no sólo lideró el medallero en PyeongChang, sino que lo hizo obteniendo el mayor número de medallas para un país en unos juegos, superando todas sus expectativas.
El jefe de la delegación, Tore Ovrebo, explicó que la razón detrás del éxito es que se trata de un país con "nieve", aunque la realidad es que hay algo más que los define como país.
Está el hecho que los ganadores de medallas no reciben un premio en metálico, sólo unos zapatos conmemorativos por su logro.
"La cantidad de medallas es una cosa, pero secundaria. Lo más importante es que nos divertirnos todos el tiempo, que somos amigos y que lo sigamos siendo", dijo Ovrebo.
3. Kenworthy y su novio
El esquiador estadounidense Gus Kenworthy sólo pudo finalizar en la 12ª posición en la prueba de esquí artístico en PyeongChang, muy lejos de la medalla de plata que obtuvo en Sochi hace cuatro años.
Pero él se sintió mucho más contento en Corea del Sur que en Rusia.
¿Por qué?
"Porque lo hice siendo yo", le contó a CNN.
Y es que el beso entre Kenworthy y su novio, Matthew Wilkas, antes de uno de sus recorridos de clasificación fue captado por la televisión y esa imagen se hizo viral en las redes sociales como un momento icónico en la lucha por los derechos de la comunidad LGTB.
https://twitter.com/guskenworthy/status/965422277188714496
"En mi infancia nunca hubiera soñado ver un beso homosexual en televisión en unas Olimpiadas, pero por primera vez un niño viendo en su casa la televisión pudo. Amor es amor es amor", agregó.
4. Howard, el impostor
Un imitador del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, acaparó titulares cuando fue sacado del estadio de hockey sobre hielo luego de tratar de mezclarse con las porristas norcoreanas que se encontraban en las gradas durante el partido del equipo unificado contra Japón.
El impostor, que se identificó como Howard, consideró injusto el trato y aseguró que no había cometido ningún crimen al vestirse como el líder norcoreano y apoyar a al equipo de hockey.
Antes había tenido su minuto de fama durante la ceremonia inaugural al aparecer junto a un doble del presidente de Estados Unidos Donald Trump.
"Mi cara es demasiado política", reconoció.
"Nací con esta cara y tengo que vivir con ella".
5. Las "chicas de ajo"
El equipo femenino de curling de Corea del Sur se convirtió en una de las mayores sensaciones de la delegación anfitriona al llegar de manera inesperada hasta la final del deporte más extraño en las Olimpiadas de invierno.
Conocidas como las "chicas de ajo", por su origen en la principal región productora de ajo del país, se hacen llamar con los nombres que se pusieron una mañana durante una desayuno: Steak (Bistec), Yogurt, Pancake (Panqueque), Sunny (Soleada) y Chocho.
En su impresionante trayectoria hasta la final, que perdieron contra Suecia, pero el equipo formado por Kim EunJung, Kim KyeongAe, Kim SeonYeong, Kim YeongMi y Kim Chohi logró el mejor balance en la fase de clasificación venciendo a potencia del deporte como Canadá, Reino Unido y Estados Unidos antes de caer en la final frente a Suecia.
6. Big Air
Fue su debut en el programa olímpico y no decepcionó.
La competencia de Big Air fue todo un espectáculo y el impresionante escenario contribuyó para ver todo un repertorio de acrobacias que desafiaban la gravedad.
La austriaca Anna Gasser y el canadiense Sebastien Toutant fueron sus primeros ganadores.
7. Estilos de moda
Como cada cuatro años había expectativa para ver el modelo de vestimenta que presentaría el equipo noruego de curling y no defraudó.
El momento elegido fue el día de San Valentín, con un estampado de corazones en sus pantalones que no hacía conjunto en nada con el resto de su uniforme.
También hubo elogios para el modelo inspirado en la NASA del equipo de snowboard de Estados Unidos, por no decir al bigote de Matt Hamilton, uno de los integrantes del sorpresivo equipo estadounidense de curling que obtuvo la medalla de oro.
Aunque si se trata de bigotes no cabe dudas que el primer premio lo obtuvo el noruego Robert Johansson, quien lo lució orgulloso junto a la medalla de oro y las dos preseas de bronces que obtuvo en PyeongChang.
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