Además de los policías armados y con escudos que estaban cerrando las calles principales del centro de Lima, ninguna otra anomalía en la ciudad indicaba que el viernes en la mañana Perú estaba cambiando abruptamente de presidente.
Pero dentro del Congreso de la República se habían implementado fuertes medidas de seguridad, con vigilantes en cada puerta del hemiciclo. La entrada principal, conocida como el Salón de los Pasos Perdidos, estaba cubierta con alfombras rojas y una banda de músicos de las Fuerzas Armadas estaba lista para recibir al nuevo gobernante.
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En menos de tres horas, el Congreso aceptó la renuncia que Pedro Pablo Kuczynski había presentado el día anterior a causa de sus supuestos vínculos con Odebrecht y la aparición de los kenjivideos y juramentó al hasta entonces primer vicepresidente, Martín Vizcarra, como nuevo mandatario.
Mientras estas correrías ocurrían en el Parlamento, afuera, en las calles, no hubo grandes protestas,paros ni reacciones fuertes (a diferencia de la noche del jueves, cuando cientos de peruanos marcharon para pedir nuevas elecciones generales).
Como si el país no llevara tres meses (desde el primer pedido de destitución de PPK en diciembre hasta el segundo en marzo) con la incertidumbre de si Kuczynski se quedaba o se iba.
Finalmente PPK renunció el miércoles, se fue el viernes, y la gente en Lima caminaba con la usual y relativa "tranquilidad" que el caos de la capital permite.
De hecho, muchas personas llevaban puesta la camiseta de la selección de fútbol, como señal de apoyo en el partido amistoso que la blanquirroja jugaba el viernes en la noche contra Croacia, como preparación para Rusia 2018.
¿Son indiferentes los peruanos a la política de su país y sus episodios de novela?
Depende de a quién se le pregunte.
¿Apatía?
BBC Mundo preguntó a algunos peruanos cómo se sentían ante la toma de mando de Martín Vizcarra y la salida de Kuczynski y las respuestas fueron aparentemente dispares.
"Va a ser igual, estamos decepcionados", dijo Dora Huisacaina, tímidamente.
"Todos (los políticos) entran y todos roban", respondió un grupo de señoras que conversaban en una banca de la Plaza de Armas de Lima y que no quisieron dar su nombre. "Al final no hay nada nuevo".
A pocos metros, Marlene, de 40 años, dudaba de si Vizcarra se desempeñaría mejor o peor que PPK. "Hay que esperar, porque nada ha cambiado, el problema es el sistema. No es cuestión de personas, es de sistema", añadió.
Optimismo
En cambio otro grupo de ciudadanos se mostró aliviado porque haya terminado de alguna forma la incertidumbre del gobierno de PPK y más entusiasta con el nuevo presidente.
Martín Riepl, colaborador de BBC Mundo en Perú, dijo que "sí hay un ánimo de ’al fin se acabó esto".
Renzo Carranza, de 29 años, es uno de los ciudadanos que se siente aliviado porque cree que los tres meses en los que Perú no sabía si PPK se quedaba o se iba dañaban la imagen del país.
"Estoy más optimista porque Vizcarra hizo un buen gobierno regional en Moquegua (región del sur del Perú), sacó adelante la educación. Creo que va a priorizar la educación en el país", le dijo Carranza a BBC Mundo.
El joven peruano cree que Vizcarra tiene mucha más fuerza y vigor que PPK para enfrentarse a la oposición.
"De hecho va a tener problemas, los fujimoristas (oposición) se le van a prender, pero creo que sí va a llegar hasta 2021", agregó.
María Huamán también mostró cierta preocupación por la oposición: "No creo que vayan a dejar trabajar a Vizcarra, el problema es el congreso", comentó.
Livia Janampa fue más lejos y dijo que si el Congreso no lo deja trabajar, la población va a levantarse y sacar a los parlamentarios.
"Estamos muy contentos con Vizcarra, porque es un padre de familia que hizo un trabajo excelente en Moquegua", sostuvo.
En cambio Félix Mejía, de 76 años, cree que Fuerza Popular, el partido opositor de Keiko Fujimori, sí va a dejar trabajar a Vizcarra, porque el problema con PPK, dice, era que no le perdonaban la derrota a Keiko Fujimori en las elecciones de 2016.
"Vizcarra ha hecho buena gestión en Moquegua, entonces creo que como presidente va a mejorar el país, va a ser diferente. Espero que mejore la inversión, la educación, la salud. Me siento más optimista", afirmó Mejía.
¿A qué se deben estas opiniones tan distintas?
Política "Odebrechtizada"
Por un lado, entre quienes sienten que todo seguirá igual, hay apatía y desafección de la política, explica Milagros Campos, profesora de Ciencias Políticas de la Pontificia Universidad Católica del Perú, a BBC Mundo.
"La política peruana está "Odebrechtizada". En todos los partidos hay una contaminación por este tema", dijo la analista.
El optimismo que muestra el otro sector de la población se explica porque Vizcarra viene de ser un gobernador regional exitoso, confirma Campos.
La experta reconoce que lo que sí es casi unánime entre la población es la imagen negativa del Congreso.
"Si el Congreso no cambia de actitud por una más colaborativa, en pocos meses vamos a vernos enuna situación similar (a la de PPK). Para un presidente que no tiene mayoría en el Congreso, la vacancia es una amenaza permanente", advirtió.
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