Formaba parte de un grupo de danza de la iglesia. Jugaba en el equipo de fútbol del colegio. Era un estudiante destacado. Y aún así, Dimitrios Pagourtzis abrió fuego contra sus compañeros de secundaria, matando a 10 personas.
Las autoridades indicaron que no hubo casi ningún indicio de que el joven de 17 años, que ahora enfrenta acusaciones de pena capital, llevaría a cabo el tiroteo en la escuela secundaria de Santa Fe, en Texas.
El gobernador del estado, Greg Abbott, indicó que una foto en la cuenta de Facebook del sospechoso, que ahora fue borrada, muestra una camiseta con la frase “Nacido para matar”, la cual pudo ser la única señal de advertencia.
“Pero en lo que se refiere a las investigaciones de los cuerpos de seguridad, en lo que se refiere a arrestos o enfrentamientos con la ley y el orden, en lo que se refiere a tener un historial criminal, no había nada”, dijo en una conferencia de prensa.
“Su historial es bastante limpio. Simplemente no hubo las mismas señales de advertencia que hemos visto en tantos otros tiroteos”.
Sin embargo, horas antes de que supuestamente entrara en una clase de arte armado con un rifle y revolver el adolescente publicó un raro mensaje en las redes sociales, le dijo una fuente de los cuerpos de seguridad a CBS News.
El mensaje, acompañado por un símbolo oculto, simplemente decía “días peligrosos”.
Previamente también había publicado una imagen de una gabardina en la que estaban prendidos varias insignias, incluida la Cruz de Hierro utilizada por los nazis, que el adolescente escribió representaba “valentía”.
El símbolo comunista del martillo y la hoz también estaba prendido, y dijo, representaba “rebelión”. Y una representación de la deidad Baphomet simbolizaba “el mal”.
El estudiante Dustin Severin le dijo a KPRC-TV que había visto al adolescente en la entrada del colegio antes del tiroteo con su usual vestimenta de botas y gabardina negras.
Dijo que el sospechoso había sido acosado por los entrenadores de la escuela “por oler mal”, y que casi siempre se mantenía apartado.
Uno de sus profesores le dijo al New York Times: “Era callado, pero no era callado de forma extraña”.
La policía señaló que el adolescente había detallado sus planes para llevar a cabo el tiroteo en un diario, en su computadora y en un teléfono móvil.
El sospechoso había planeado suicidarse, dicen los investigadores, pero al final se entregó a la policía.
Y sin embargo sí hubo muchos indicios de que Dimitrios Pagourtzis era un adolescente “normal y extrovertido, lleno de promesa”.
Según las autoridades de la escuela previamente había estado en el “cuadro de honor” de los alumnos destacados y se esperaba que se graduara en 2019.
Los medios locales indicaron que era miembro del grupo de danza de una iglesia ortodoxa griega local.
También había jugado en el equipo de fúbtol americano de su escuela en la temporada de 2015-2016.
Estas actividades extracurriculares ponen aún más énfasis en la pregunta que se plantean los desconcertados miembros de su comunidad tras el tiroteo: ¿por qué lo hizo?