Tu vecino acaba de ganar la lotería y pronto verá su cuenta bancaria engordar de golpe. ¿Qué relación tiene contigo?
Lo cierto es que según un estudio del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia, tiene mucho que ver.
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No es que vaya a compartir contigo el premio (¡lo sentimos!), ni que te vaya a comprar un regalo muy caro o prestarte dinero. En realidad, lo que se incrementará en tu vida serán las posibilidades de que te endeudes y que hasta acabes en la quiebra.
Existen varios informes que llegan a la misma conclusión. El más reciente lleva el título de "¿Los ingresos relativos de los pares causan angustia financiera? El caso de los ganadores de la lotería y las bancarrotas de sus vecinos", y fue realizado por el banco con la colaboración de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, y de la Universidad de Alberta, en Canadá.
Los investigadores cruzaron una lista de personas que habían obtenido más de 1.000 dólares canadienses (US$778) y los datos financieros de quienes tenían el mismo código postal (un promedio de trece viviendas) en una provincia de Canadá que no identificaron como parte del acuerdo para poder utilizar información tan delicada.
El resultado fue que, cuando alguien resulta agraciado con la lotería, sus vecinos se vuelven más propensos a asumir riesgos financieros, comprar productos ostentosos que indiquen cierto estatus y, como consecuencia, pedir préstamos para poder pagarlos.
Mientras más grande sea la cantidad a la que asciende el premio, más declaraciones de bancarrota se registran en el barrio, según este informe.
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Como explica un artículo publicado en 2011 en American Economic Review, el motivo es que los ganadores de la lotería aumentan su consumo motivados por su nueva capacidad económica. Es decir, la compra de artículos como autos de lujo, ropa de marca u otros artículos que dan a entender que quien los posee tiene una buena situación económica.
Quienes residen alrededor, los ven y empiezan a incrementar su propio consumo conspicuo, mientras que deciden gastar menos en productos que no se pueden lucir en público como muebles para el hogar.
Dado que sus ingresos siguen siendo los mismos, es más probable que soliciten créditos, sobre todo si no arrastran deudas por préstamos anteriores.
Ver a un vecino prosperar también les anima a invertir en productos financieros de riesgo. Todas estas conductas, con el tiempo, les pueden acarrear problemas económicos.
Por eso, el estudio del banco sugiere a los prestamistas limitar los créditos a deudores de alto riesgo y centrarse en los que representan un bajo riesgo.
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