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Los pros y contras de los zoológicos

Recientemente, estuve de paseo por Miami. Una de las cosas que me recomendaron fue visitar el zoológico Zoo Miami. Así que nos montamos mi esposito y yo en el carrito alquilado y nos fuimos de pasadía para el zoológico.

Zoo Miami demostró ser uno de los zoológicos mejores mantenidos que he visitado. Los jardines estaban preciosos y los mini-hábitats de los animales estaban limpios y bien cuidados. El zoológico estaba dividido por regiones, por ejemplo, Australia, Las Amazonas, Asia, entre otros. En exhibición, había una gran variedad de animales, desde ranas, arañas, culebras, leones, osos, monos, camellos hasta cucarachas (las malditas están en todos lados, ¿por qué no también tener un criadero de cucarachas en el zoológico?).

Mientras hacía la caminata por los predios, no dejaba de pensar que los animales se veían tristes o aburridos (excepto las cucarachas, ellas se veían nasty). Traté de ponerme en su lugar y ver su estancia desde su perspectiva. Estar en un zoológico debe ser como estar encarcelado mientras que cientos de personas pasan por tu “celda” a mirarte, darle cantazos al cristal, hacerte muecas y tomarte fotos. En verdad que no suena muy agradable.

Muchos de los animales en los zoológicos están acostumbrados a moverse por zonas amplias en su hábitat natural. Están ocupados cazando, sobreviviendo y reproduciéndose. Al estar en un zoológico, están limitados en espacio, en comida y también en compañeros. Se ha observado que animales en cautiverio pueden sufrir de psicopatologías (sí hasta los animales necesitan psicólogos). Entre estas psicopatologías están: compulsión obsesiva (como lamerse en exceso), depresión, auto herirse y estrés. Por esta razón, los encargados trabajan para buscar maneras de que los animales estén más entretenidos, ya sea proveyéndole juguetes o buscando que los animales “cacen” para obtener comida.

Los zoológicos, sin embargo, también tienen sus aspectos positivos. Varios han servido de criaderos para especies en peligros de extinción, como el caso de cóndor californiano. Los zoológicos de Los Ángeles y San Diego ayudaron a aumentar la población, desde 22 individuos en el 1987 a 405 individuos en el 2012. Los zoológicos también cooperan con cientos de investigaciones que ayuda a entender los animales salvajes y su comportamiento. Por último, los zoológicos ayudan a educar a la población sobre la importancia de la conservación de la flora y la fauna.

Así que ponderaba sobre todos estos aspectos de los zoológicos mientras recorría los caminos y les tomaba fotos a los animales. Aunque algunos de los animales se veían aburridos, por lo menos las jirafas estaban contentas cuando me vieron con el plato lleno de lechuga.

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