La política pública y las acciones de esta administración en favor de la mujer, como se ha hecho constar inclusive desde antes de las pasadas elecciones generales, nace del respeto y admiración a quienes día a día rompen las barreras de estereotipos y paradigmas para salir adelante y encaminar por la ruta del progreso a su familia y comunidad. Si bien es cierto que el pasado miércoles conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, también lo es que tan importante e histórica fecha debe trascender. La igualdad, como elemento principal del concepto de Justicia, debe ser nuestro norte todos los días.
Para quienes aspiramos a la igualdad, la lucha por el pleno reconocimiento de los derechos de las mujeres es un asunto medular. Por ello, entre otras medidas presentadas recientemente, la administración del gobernador Ricardo Rosselló Nevares dio fuerza de ley a la otrora orden ejecutiva que promueve igual paga por igual salario. Aspiramos a lograr un nuevo Puerto Rico libre de discriminen y en el que se reconozca la dignidad del ser humano por el hecho de serlo.
Nadie está ajeno a la presencia en su vida de una figura femenina que ha calado y dejado una profunda huella. Así afloran recuerdos de maestras, madres jefas de familia, compañeras de trabajo y estudio, colegas abogadas y del ideal. Esas que no han sido destacadas en esta conmemoración y quienes, desde el anonimato, escriben a diario nuestra historia como pueblo y han forjado nuestro terruño fuera del ojo público; esas que han experimentado cuán empinada es la cuesta y cuán pesada es la carga cuando ha importado más el género que el esfuerzo los conocimientos y las capacidades para lograr los resultados esperados.
De igual forma, tengo presente que estas fechas también nos permiten reconocer a quienes desde su plataforma laboral o cívica han colaborado para alcanzar los avances en la lucha por la igualdad de la mujer en la sociedad y en los espacios de trabajo. A quienes responden al llamado y a quienes por su vocación sirven a la causa. Aun cuando esta semana es para recordar y conmemorar, también nos brinda una oportunidad de destacar a toda persona que se ha unido en la lucha, de manera pública o privada, para adelantar el trato equitativo, igualitario e imparcial hacia la mujer. Hombres y mujeres que se han dado a la tarea de educar y orientar sobre el tema, de legislar para alcanzar las metas y de demostrar con sus acciones cuánto “corazón” hay en sus palabras. Para todos y todas ha quedado demostrado que en esta administración cuentan con un aliado. La igualdad en todo ámbito de nuestra vida como pueblo es nuestra razón de ser. La lucha es de todas… y todos.