Cuando todo esto de las redes sociales comenzó, el “bullying” era la orden del día. Literal, para eso usábamos las redes.
Durante ese tiempo, yo empecé esta misma columna… y sí, a los 22 años con una columna en un periódico, hablé mal de todas las personas que pude. Con la guardia monga, todos los fines de semanas encontraba la manera de hacerle “bullying” a alguna figura pública. Y claro que sí, entre ellas también estaba Maripily.
Los años pasaron, y con los cantazos me llegó un poquito de madurez. Me di cuenta de que está bien cabrón que alguien se siente a escribir barbaridades de ti sin conocerte. Que sí, son figuras públicas, pero también tienen familias que se sienten afectadas por lo que se plasma en las redes.
No puedo explicar cuántos escritos hice que hoy no me gusta ni leer… y, a mis 27 años, tomo responsabilidad, y hasta me disculpo, por las cosas ofensivas que expresé en ese entonces.
Dicho eso, y jamás pensé escribir esta próxima oración, la belleza tropical de Maripily tiene razón.
Estamos viviendo un momento histórico para las mujeres. En todo el mundo se está luchando por nuestros derechos, por respeto y por igualdad. Las mujeres están levantando su voz en contra de la violencia de género y todos esos ataques que recibimos solamente porque no nacimos con un pipí entre las piernas. En todo el mundo se está luchando, menos en mi joya caribeña, porque un lugar en el que se aplaude la agenda que tiene Molusco contra las mujeres (en este caso Maripily), es un lugar que no defiende a las suyas.
Entonces, con esto de Maripily, Molusco se ha crecido. Al punto de que hizo un video lleno arrogancia en el que expresa que si les molesta lo que él dice, lo único que tienen que hacer es dejarlo de seguir en las redes. Pero seamos honestos, la cosa no es así de simple. Ustedes saben que aunque no sigas a alguien, sus publicaciones aparecen por otras partes, y mucho más cuando las cosas que él hace también se ven en los periódicos y la televisión.
“Que viva la mierda”, insiste Molusco en su video. Y me parece que es la única oración que tiene sentido en su publicación, ya que quiere decir que sabe lo que publica.
Molusco, ¿te gustaría que hablaran así de las mujeres en tu familia? Es más, ¿cómo tú duermes en las noches? ¿Cómo no te das cuenta de que eres una de las personas más influyentes en Puerto Rico, y lo que promueves es la violencia contra las mujeres?
Es más, ¿cuán a menudo Molusco le tira joder a los hombres? Casi nunca. ¿Por qué? Porque su problema es con las mujeres, y porque obviamente no aguanta dos puños de ningún hombre.
Además, de corazón, da pena que tanta mujer se siente a insultar a Maripily en las redes sociales, en vez de darse cuenta de que lo que Molusco le está haciendo no se le hace a nadie. No importa cómo sea ella porque, al final del día, en serio y fuera de joda, ¡Maripily no jode a nadie! Sí, es bien fácil hablar de ella porque, en general, la farándula en Puerto Rico es una fucking comedia. Pero esa mujer se pasa el día en el gym, tomándose selfies y trabajando en su línea de mahones. Más nada. Igual que usted, Maripily habla mal de quien habla mal de ella. Pero las mujeres a veces somos malas entre nosotras mismas, y como ella anda enseñando el cuerpo, ya hay un montón que piensa que ella no se merece respeto.
¿Dónde están las feministas? ¿Las que dicen que una hace con su cuerpo lo que le da la gana? ¿O es que Maripily no se merece el apoyo de otras mujeres porque le gusta enseñar sus nalgas bajo el Sol de Miami? ¿O es que el apoyo entre nosotras mismas es selectivo? ¿Nos aplica a unas y a otras no?
Mire, yo tengo amigo poeta, The Color Brown, que tiene una línea que dice que “sacamos a ‘La Comay’; pusimos a Molusco en su puesto”. Y él tiene la razón. ¿Dónde están los que se ofendieron con “La Comay”? ¿Dónde están las páginas de boicot? A “La Comay” la sacaron por hablar mal de un hombre, ¿dónde están los que se ofenden cuando hablan mal de una mujer?
Si nos vamos a ofender y hacer boicots, hagámoslos siempre o no los hagamos nunca. Puerto Rico vive un momento difícil en el que necesita que se promueva el respeto y la unión, y el hombre más escuchado en la radio se dedica a promover el machismo, el abuso de poder y el acoso.
Esta columna expresa solo el punto de vista de su autora.
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