¡Pa’ fuera el 2018 y los problemas que tuvimos que enfrentar los periodistas para poder hacer nuestro trabajo! Aunque estamos acostumbrados a una carrera de obstáculos y a que nos pongan el pie para caernos, hemos podido sobrevivir en esta dura carrera.
Ha sido un año duro, pues continúan cerrándose talleres de trabajo. Los Gobiernos mancillan reputaciones y evitan que se acceda a documentos trascendentales para poder probar investigaciones en curso. El miedo a colaborar también ha invadido a los posibles testigos, y cada día más personas evitan divulgar a la prensa lo que vieron. Es decir, cada día se nos hace más difícil encontrar fuentes de información confiables. Sin embargo, para que se puedan esclarecer los casos, la mayoría acude a los foros de los medios de comunicación otorgándoles un rango de poder.
Los verdaderos periodistas no tienen miedo y, ante todo, publican la verdad con fuentes corroboradas. Por eso, decenas de periodistas mueren asesinados. El 2018 no es la excepción. Un ejemplo de ello fue, lamentablemente, el periodista Jamal Khashoggi, portada del Times como persona del año y cuyos escritos denunciando lo absurdo y las violaciones a los derechos humanos en regímenes árabes. Su pasión por defender los valores del periodismo, así como su trágica muerte en Turquía han sido destacadas mundialmente como símbolo de la libertad de prensa y de información. Más cerca de nosotros, en México, continúa la matanza indiscriminada a los profesionales de la información que publican investigaciones sobre corrupción y carteles de droga. Lo más triste es que parecería que la problemática está lejos de solucionarse. Las amenazas y las faltas de respeto constantes del presidente Donald Trump a los periodistas y los intentos de coartar el derecho de libertad de prensa colocó a prueba nuestra tolerancia. Quedarse callado nunca ha sido una opción en esta era de la información en la que los mandatarios cierran puertas. Poco a poco, los periodistas están haciendo su trabajo y logrando publicar la información de manera independiente.
Decenas de periodistas desempleados o que han optado por renunciar debido a la apatía de sus patronos a ofrecer el respaldo a sus escritos han decidido, de manera independiente, fundar espacios innovadores cuyo contenido es oro. Así le han demostrado a todo aquel que intenta cerrar puertas que una sociedad sin libertad de prensa e información se convierte en una sociedad ignorante, antidemocrática, sin crecimiento y silente.
En 2019, tendremos que seguir defendiendo ese derecho, que es el mismo que tienen todos los ciudadanos. Por eso, hoy más que nunca, hay que hablar de libertad de prensa y de información. Que cada uno de los funcionarios gubernamentales entienda nuestro deber. Los excesos autoritarios y la creciente violencia verbal contra la prensa nos coloca ante el nuevo escenario de reto, pues el libre ejercicio del periodismo está seriamente amenazado. Que los Gobiernos y sus mandatarios nos vean como adversarios es uno de los problemas más graves. Como el presidente Trump, quien equivocadamente ha calificado nuestra labor de “enemigos del pueblo”. Pero si el pueblo somos todos. Trabajamos para que cada uno de los ciudadanos conozca lo que sucede y se entere de la verdad. El hecho de que los medios de comunicación continúen combativos nos ofrece posibilidades y garantiza la libertad de prensa e información. Fíjese que no hay mejores armas para un periodista que la verdad y el conocimiento. Y si las historias se cuentan con datos corroborados, la valentía arropará los intentos de silenciarnos.
En Puerto Rico, las nuevas generaciones de periodistas se ocuparán de seguir transformando las herramientas para publicar información. El periodismo independiente se consolidará con valentía. Espero que las organizaciones y los gremios que enaltecen la labor del periodismo lo continúen haciendo por el bien de la profesión y la transparencia que tanto mencionan los políticos de turno.
