Unos cuantos políticos andan por ahí desgarrándose las vestiduras ante la decisión del presidente de los Estados Unidos de ignorar a Puerto Rico durante su mensaje de antenoche en el Congreso. Las decepciones han sido en la derecha y en la izquierda. A eso le añadimos el video que se ha hecho viral en las redes sociales en el que se ve al mandatario estadounidense darle, lo que en inglés se llama, un about-face a la comisionada Jenniffer González a su salida del hemiciclo cameral. Pero el problema es mayor que ese.
El problema recae en nuestros políticos que, en la mentalidad colonial de algunos, parecían desear una mención de Trump sobre Puerto Rico, aunque fuera para un latigazo adicional. Tanto esperaban ese pronunciamiento que el gobernador viajó a Washington para protestar el anticipado, pero no consumado, mensaje devastador.
Mientras, por otras esquinas de DC, se paseaban la comisionada residente con Johnny Méndez (él le debe a ella la presidencia de la Cámara, dicen) con Trump, Jr. en un aparente gesto de cabildeo. Ayer, un líder independentista decía que Trump había ignorado durante su mensaje al elefante blanco en el medio de la sala, refiriéndose a Puerto Rico.
El about-face de Trump durante el State of the Union del martes tiene muchas implicaciones. Una de ellas es que, para seguir la analogía del líder de izquierda con el que hablé ayer, el elefante blanco gigante está en nuestra sala, no en la de ellos. La sala de ellos está llena de otros asuntos que les son prioritarios y ninguno es Borinquen.
En nuestra sala, tenemos al elefante problemático que no queremos mencionar y pretendemos que otro lo atienda. Ese elefante blanco se traduce en condición colonial, desarrollo económico inexistente, reformas gubernamentales reales, deficiencias en la educación, desigualdad social y otros tantos temas. ¿Esperábamos que cinco segundos de atención el martes adelantaran algo? ¿O que esos cinco segundos avivaran la tensión con la Casa Blanca? ¿Para qué?
Tenemos que entender que el elefante blanco sentado en el medio de la sala está aquí hace tiempo y nadie lo va a remover por nosotros. Mientras tanto, el about-face de Trump significa que todo seguirá igual. No news is good news, dice un dicho norteamericano. En nuestro caso, la situación no empeorará, pero no mejorará. A fin de cuentas, el status quo es el favorito de todos los bandos aquí, aunque digan lo contrario.