Durante esta semana, desde el Partido Independentista Puertorriqueño, hemos realizado un llamado a todas los sectores que creen en la descolonización del país a expresar nuestro rechazo absoluto a la Ley Promesa y a la Junta de Control Fiscal durante la “audiencia especial” que el Comité de Recursos Naturales de la Cámara federal realizará hoy a las 4:00 p. m. en el Coliseo Roberto Clemente.
Hoy, que los puertorriqueños cargamos con los síntomas más graves y agresivos del colonialismo, debe quedar meridianamente claro para quienes no lo hayan entendido, que no es posible hablar de “soluciones” a los problemas de Puerto Rico sin atender el problema fundamental que es el estatus, como pretenden esos congresistas.
Hablar de enmendar la Ley Promesa, como pretende hacer el Comité de Recursos Naturales de la cámara federal en su visita, es un atentado contra todos los que creemos en nuestro derecho a la autodeterminación. Vergonzoso que sea esa la máxima aspiración de los congresistas cuando Puerto Rico se cae pedazos. Es necesario acabar con Promesa y el actual régimen de subordinación, de lo contrario, toda “solución” será trunca e insuficiente, y solo provocará la agudización de todos los problemas que hoy encaramos como país.
Como sucede en las colonias, algunos se deslumbran ante la presencia del amo. Por eso, es fácil entender que la visita de los congresistas demócratas haya nublado la visión política de algunos bajo la falsa impresión de que son más buenos que los republicanos. Pero no hay tal cosa como amos buenos —demócratas— o amos malos —republicanos—, pues ambos son cómplices de someter a todo un pueblo a más de un siglo de coloniaje.
A tono con esa realidad histórica e inmediata, tanto el senador Juan Dalmau Ramírez como este que escribe, radicamos legislación esta semana (RKC-98 y RKS-73) para exigir al Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos que se respete la voluntad expresada por el pueblo de Puerto Rico manifestada el 6 de noviembre de 2012, que repudió el régimen colonial y, del mismo modo, exige que se atienda con urgencia y celeridad el tema del estatus de Puerto Rico. Ambas resoluciones fueron aprobadas ayer en la Legislatura y se convierten en una expresión y un claro mensaje a los congresistas para que asuman su responsabilidad y atiendan la descolonización de Puerto Rico.
Revisando algunas notas encontré un artículo de Rubén Berríos Martínez publicado en 2016 tras la admisión de los EE. UU. de que engañó al mundo entero cuando en los años cincuenta pregonaba que Puerto Rico había superado su condición colonial. Un fragmento de ese artículo retrata de manera precisa la etapa histórica que vivimos como pueblo:
“Con perseverancia se desbrozó el terreno, se abrió el surco, se sembró y se regó la semilla, cayó la lluvia y al fin madura el fruto. Le toca ahora a nuestro pueblo cosechar la descolonización y la libertad. La hoja de ruta es clara. Hay que exigir a los Estados Unidos que cumplan con su obligación descolonizadora y hay que iniciar desde Puerto Rico un proceso descolonizador”.
Exigir un verdadero proceso de descolonización es la ruta y es el reto. ¡Continuemos perseverando!