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Yulín, ¿estás bien?

Las palabras de Yulín son incendiarias y pueden abonar a crear un ambiente más volátil, pueden ser la mecha corta que haga explotar una bomba

Aunque algunos piensan que en la política todo está permitido, yo no comparto esa visión. Soy de los que piensa que algún nivel de respeto debe haber entre los líderes políticos de Puerto Rico, aunque sea mínimo.

No soy de esa época, pero si he leído y escuchado de los tiempos de Luis Muñoz Marín, Luis A. Ferré, Gilberto Concepción de Gracia, Miguel García Méndez, entre otros ilustres de la política puertorriqueña. El consenso es que era otros tiempos de política donde, dentro de la dura batalla, había respeto entre estos líderes.

Hoy, aunque algunos mantienen cierto nivel de decoro, otros han rayado en la estrategia de inflamar, de echar gasolina al fuego para aumentar las proporciones del incendio forestal. Hablo de la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, quién en los pasados días expresó ante los medios, ante el país: “Cuando el gobernador dice “vamos por más” lo que quiere decir es “vamos a robar más”.  Así, sin más, sin presentar alguna evidencia que ubique al gobernador Ricardo Rosselló ordenando robar. La alcaldesa tergiversó una expresión del gobernador para acomodarlo a su conveniencia política. Lo insólito es que su techo, con el tema de la corrupción en el Municipio de San Juan, no es de cristal y no creo que por eso el gobernador Rosselló realizaría una expresión como la de ella. Aún con todo lo que ocurre a su alrededor, él sí entiende, a mi juicio, las responsabilidades de ser un político que ostenta u ocupa el cargo de envergadura.

Cuando uno escucha expresiones de esa magnitud y al mismo vé el deterioro que hay en la capital en los últimos años, pues uno piensa que una cosa vá de la mano con la otra: hay deterioro en el carácter como líder político, y eso  redunda en el deterioro de San Juan. Muchos indican que a Carmen Yulín Cruz dejó de importarle San Juan hace rato y cuando uno camina por muchas zonas de la capital, lo puede palpar. Las “alianzas” se van hacienda sal y agua, líderes comunitarios, sindicatos y otros han hecho público su desencanto con la primera mandataria de la capital. Al mismo tiempo la alcaldesa pierde todos los sondeos (no científicos) y las encuestas (científicas) de cara a las elecciones generales. Incluso, encuestas la ublican cuarta en una primaria interna si el Dr. David Bernier, decide lanzarse.

No es lo mismo correr para San Juan que para un puesto principal a nivel isla en unas elecciones. Algunos suponen las cosas no han ido como se había anticipado y esto puede poner a un candidato en una situación de desespero por lo que se preguntan si la alcaldesa está bien, si las emociones o el fragor de los momentos que vive Puerto Rico la llevan a un nivel de frustración que la haga decir cosas sin pensar, sin calcular el alcalce de sus palabras. Yo no estoy diciendo que su caso sea uno u otro, pero si fuera el caso de que se trató de algo momentaneo en el que no pudo controlar las emociones, pues eso de por sí hace que uno levante una ceja.

Puerto Rico vive uno de los momentos más difíciles desde la Gran Depresión (década de 1930), por lo que se require de líderes que controlen esas emociones. Cualquier paso mal dado puede significar mucho y si se falla en lo fácil, imagine si  toca en lo difícil.

Las palabras de la alcaldesa son incendiarias y pueden abonar a crear un ambiente más volátil, pueden ser la mecha corta que haga explotar una bomba más pronto de lo esperado. ¿Eso busca? Sería alarmante que un líder busque eso, agitar con expresiones delicadas y provocativas.

Estipulado que las últimas dos semanas han sido difíciles para el pueblo, la ira vá aumentando cada día con los capítulos de los Maldonados, los cabilderos, los contratos, etc. Usted puede decir que todas esas cosas las levanta la prensa o se repite en los medios y que eso abona al ambiente. ¡Cierto! Es nuestro trabajo, ahora, usted no escucha a ningún periodista utilizar esas expresiones inflamatorias. Se invetigan unas cosas y se exponen al pueblo, se revelan. Si no fuera así, pues ¿imagine como estarían las cosas si el gobierno pudiera ocultarlo todo? Los medios exponen la noticia y los políticos, en general, tienen la responsabilidad de manejarla con algún nivel de sensatez, no como loquitos.

En el caso de la alcaldesa, su municipio también tiene investigaciones del FBI, aunque la alcaldesa pareció olvidarlo. ¿Recuerdan al FBI allanando la torre municipal? Incluso, hay señalamientos de que ella sabía de los alegados traqueteos en la oficina de compras. No obstante, eso está bajo investigación y hay que esperar. ¿Puede alguien decir que, por eso, Cruz ordena robar porque el presunto implicado es allegado de ella? El que lo diga sería igual de irresponsable.

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