Quienes hacen ingeniería son ingenieros, quienes hacen payasadas son los payasos y quienes hacen “pendejadas” son los pendejos. Eso pareciera ser parte del país para la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz. “…Este país tiene que dejar la pendejá ya”, dijo el martes tras las cancelaciones de artistas y críticas por continuar con las Fiestas de la Calle San Sebastián, en medio de una emergencia en el sur. Ciertamente, la alcaldesa no se refiere a todos en el país. Supongo se refiere solo a los que no piensan como ella.
Puede haber muchos alarmados con el uso de esta palabra, ya sea por parte de la alcaldesa o por mí. “Pendejo” es, según la Real Academia Española, “tonto, estúpido, cobarde, pusilánime, de vida irregular o desorganizada…”. En ese aspecto, no hay por qué alarmarse.
Ahora bien, “pendejo” y todas sus derivaciones son el tono despectivo y burlón cuando se quiere ofender o menospreciar a alguien o algo. Desde mi punto de vista, así lo aplicó la alcaldesa contra los que le cuestionaron o expresaron estar en desacuerdo con que ella llevara a cabo las Fiestas de la Calle San Sebastián, aunque acentuado contra los artistas que decidieron no participar del evento.
Sin embargo, al utilizar la frase “…Este país tiene que dejar la pendejá ya”, incluye a todos. Es algo contradictorio decirles indirectamente “pendejos” y luego pedirles que voten por ella “sin miedo”. No adjudico mala intención de llamar de esa forma despectiva a parte de la ciudadanía, que incluye a los que van a ir a las urnas, pero lo dicho, dicho está. Me inclino a pensar que hubo algo de adrenalina, de emoción, porque hubo artistas que fueron a apoyarla en su decisión de llevar a cabo las fiestas. Incluso, horas antes fue llamada de manera reprochable e inaceptable “perra” por el analista de WKAQ 580, Luis Dávila Colón. Una cantidad considerable de la ciudadanía repudió las expresiones, por lo que la alcaldesa pudo considerar que tenía momentum. En ocasiones, unas cosas se confunden con otras, y no necesariamente se actúa de forma apropiada, considerando que es una persona que aspira a dirigir los destinos de Puerto Rico.
No se les llama “pendejos” a los ciudadanos en una campaña primarista y luego se les pide que la respalden. Habría que ser bien “tonto, estúpido, cobarde, pusilánime, de vida irregular o desorganizada…” para poner en la silla de mayor poder a quien insulta a uno, sea voluntaria o involuntariamente. Para ponerlo en palabras más claras: es como si hubiese otro político que pensara que también puede coger, a los suyos y los que no son suyos, de…
De otra parte, la génesis de todo es una tragedia que se vive en el sur de la isla, por lo que la alcaldesa mostró con su comentario poca empatía. Usted puede decir que ella fue a visitarlos, que recogió ayuda etc., pero al decir que es una “pendejá” el que unos artistas cancelen por asuntos de seguridad, o que deseen respetar el dolor que se vive en Guánica, Peñuelas, Yauco, Ponce y Guayanilla, pues hace lucir como si la indiferencia fuera su verdadero rostro y que lo demás se trata de una actuación solo para ganar simpatía electoral.
Como digo una cosa, digo la otra. En el caso de no cancelar el evento, me inclino a coincidir con la posición de la alcaldesa. Sí, es cierto que un terremoto puede ocurrir en cualquier momento. Pero no es que hubo un temblor hace un mes y ya. Desde el 28 de diciembre ha estado ocurriendo, y a horas de comenzar las fiestas, no para. Estas comienzan hoy, y ayer se disparó un temblor de 5.4 que se sintió en toda la isla. No sabemos si ocurrirá uno este fin de semana y si las probabilidades son altas, pero oramos porque todo marche en orden y sin nada que lamentar. Tampoco es menos cierto que los epicentros son en el sur de la isla y que en San Juan se siente lo mínimo, en comparación con lo que sienten allá.
Habría sido prudente que, en lugar de cancelar, hubiesen sido pospuestas, pero no fue la decisión. Ahora, hay que respetar la decisión de la alcaldesa. Ella corre con la responsabilidad, así como con las consecuencias de lo que ocurra, si ocurriese algo. Será la responsable, pero esperemos que todo salga bien. Hablamos de vidas humanas, y las oraciones del país deben estar en que esto pare, más este fin de semana.
Culminando con lo que comenzamos, si se exige respeto en diversos temas, como la igualdad del ser humano y otros, también hay que respetar a los que piensan distinto y toman decisiones distintas de las que deseamos. Alcaldesa, respete como exige respeto, porque así se lo gana. No es “respétenme y acepten mis decisiones” al tiempo que irrespeta, porque no acepta las decisiones de otros, y como no puede hacer nada más, pues viene el desquite con insultos o comentarios innecesarios. No puede intentar proyectarse como una mujer capacitada para gobernar, comportándose con la inmadurez de cualquier líder político en un chat.