En su intento por colocarse como la opción política electoral de su colectividad, Pedro Pierluisi ha enfilado sus cañones para desmerecer la gestión de gobierno de su contendora, la gobernadora Wanda Vázquez Garced.
Para esa estrategia, el precandidato del Partido Nuevo Progresista se ha valido de la colaboración de algunos acólitos de su partido, principalmente en la Cámara de Representantes, donde la mayoría parlamentaria lleva más de una semana realizando vistas públicas para interrogar a jefes de agencia con la intención de pasar juicio sobre la forma en que las autoridades de gobierno han reaccionado ante el desastre provocado por el terremoto en la zona sudoeste del país.
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Es importante que la Asamblea Legislativa evalúe y vigile las acciones del ejecutivo, máxime si lo que se persigue es beneficioso para el país. Pero, en este caso, esa no parece ser la intención, sino, por el contrario, solo se pretende poner en entredicho a la gobernadora.
Para Pierluisi es importante que se haga un cuestionamiento continuo a las acciones de la primera mandataria porque, al despertar dudas de su gestión de gobierno y provocar que las críticas políticas reboten en los medios informativos, podría avanzar en una carrera electoral que parece estar perdiendo.
En ese sentido, las vistas de la Cámara sobre el terremoto se han convertido en una distracción para encauzar la agenda proselitista de un candidato en desventaja. Y que conste, no está mal que se cuestionen las acciones del Gobierno central, pero aquí se cosen otras intenciones.
Como candidato, todavía Pierluisi tiene muchas preguntas que responder al país y se está escurriendo para evitarlo. La más reciente está aún latente en la discusión pública, y tiene que ver con el acuerdo de reestructuración de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), un pacto leonino dirigido por la Junta de Control Fiscal a favor de los bonistas, que pondría en juego la estabilidad económica del país al imponer aumentos exorbitantes a la tarifa de la luz.
El acuerdo que se intenta imponer surge de las negociaciones entre bonistas y la AEE, bajo la dirección de la Junta, en el que la figura de Pierluisi, en su calidad de asesor y abogado de ese cuerpo, fue fundamental. Y es que el hoy aspirante a la candidatura de la gobernación por el PNP fue una ficha clave para pactar el arreglo con los bonistas en contra de los intereses del país.
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Como muestra, han circulado por distintos medios y en redes sociales copias de las facturas de Pierluisi a la Junta por concepto de esas negociaciones y las sumas son asombrosas. Sin embargo, este asunto no sería objeto de mucha polémica si no fuera porque hoy Pierluisi, en su intento por llamar la atención de las gradas y sonar con un discurso simpático para la militancia de su partido, está haciéndose coro de la oposición al plan de reestructuración de la AEE.
Y ha dicho el político: “Cualquier acuerdo para reestructurar la deuda no puede contener disposiciones que afecten el bolsillo de nuestra gente aumentando los costos de ese servicio esencial”.
Que ahora Pierluisi quiera colocarse en la línea de oposición contra plan de reestructuración de la AEE que él mismo ayudó a confeccionar es un performance diseñado a tenor con las prácticas más impúdicas del populismo tradicional, razón por la que ahora recurre a argumentos engañosos para hacer creer cierto algo que no lo es.
Sobre este tema, Pierluisi está fingiendo que su acción política está destinada al beneficio del pueblo; busca el reconocimiento y endoso de las huestes de su partido, a quienes parece concebir como fácil presa del engaño y la seducción.
Esa estrategia publicitaria de acomodar los discursos para sonar simpático es vieja y, en este tema, Pierluisi carece de sustancia y honradez para validar sus argumentos.
Quienes ordenan los hilos de la campaña de Pierluisi deben tener más cautela en cómo trazan la representación pública del político. Mucho ojo con esas tácticas propagandísticas que buscan revestir al candidato como un ser misericordioso y solidario. Cuidado con querer hacer creer que nadie, nunca antes, se habría preocupado más que él por nuestras comunidades, la educación, la AEE, la salud, la violencia, la corrupción gubernamental, las pensiones y el desarrollo económico.
A Pierluisi no le queda bien esa actuación. Está muy leído y con ese libreto no llegará muy lejos.