Hace unos días, la gobernadora Wanda Vázquez Garced expresó que fue Dios quien la llevó a la gobernación.
Una búsqueda en internet, muestra que han sido diversos líderes religiosos los que han indicado que líderes del Partido Nuevo Progresista (PNP) son los “enviados” del Señor como los seleccionados para dirigir el destino de Puerto Rico. Obviamente, debe haber líderes religiosos que piensen o digan lo mismo de algún político popular, pero ciertamente han sido más lo que, mediáticamente, y/o desde el púlpito, han abusado del uso del nombre de Dios para tratar de influenciar a sus feligreses, que, a su vez, son parte del electorado.
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En su momento, Sila Calderón utilizó el altar de la Iglesia católica, con la venia, no de Dios, sino del liderato de dicha iglesia, para impulsar su candidatura a la gobernación por el Partido Popular Democrático (PPD) en las elecciones del 2000. Los PNP estaban que volaban en cantos del coraje. Pero no mencionaban que el exgobernador Pedro Rosselló también utilizaba plataformas religiosas para exponer su candidatura. Ambos tenían derecho, así como los líderes religiosos, a apoyar a quien deseen. Mi problema es cuando lo disfrazan diciendo que Dios es el que está detrás de esa figura política.
Cuando la gobernadora Vázquez Garced indica que el Señor la puso en la gobernación, y lo hace como candidata electoral, evidentemente, el mensaje que trata de enviar a los electores es que Dios tomó una decisión: la eligió. Por lo tanto, indirectamente, hay un mandato de él, y al Señor no se le defrauda, ¿no?
Curiosamente, dejándonos llevar por expresiones de líderes religiosos en los pasados 20 años, Dios pareciera ser PNP, ya que son los políticos que él “envía”. Así verbalizó alguno, o algunos de estos líderes, con Pedro Rosselló, Luis Fortuño y Ricardo Rosselló. No obstante, ganó Aníbal Acevedo Vilá en el 2004, Alejandro García Padilla en el 2016. En el 2019, el “enviado” azul tuvo que salir corriendo. Pero, pero, pero… ¿y la protección divina del que lo envió? ¿Fue Ricardo Rosselló abandonado por Dios luego de haberlo “enviado”?
Muchas veces, el coqueteo es mutuo entre el político y los líderes religiosos, que se seducen de parte y parte, uno vendiendo que Dios está seleccionando a los azules y el otro rasgando vestiduras en campaña como el más cristiano.
No estoy diciendo que esto es estrictamente un issue PNP, sino que quienes más han trascendido utilizando esto de “enviados” en la cosa mediática han sido los azules con el sector evangélico. De igual forma, líderes de la Iglesia católica se han “asocicado” en asuntos políticos e ideológicos, justificándose con que se trata de asuntos de gobierno que afectan al pueblo.
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¡Claro que la Iglesia está en su derecho y obligación de expresar lo que está mal, lo que afecta a los más necesitados y vulnerables! El problema es cuando, en el caso de la católica, guardaban silencio o eran menos exigentes si el gobernador era Rafael Hernández Colón, Sila Calderón, Aníbal Acevedo Vilá o Alejandro García Padilla, pero muy vocales cuando se trataba de Pedro Rosselló, Luis Fortuño o Ricardo Rosselló.
Evidentemente, parte del liderato de la Iglesia católica ha estado revestido por la política partidista y/o ideológica. Este cuatrienio, hemos visto a un arzobispo Roberto González Nieves más resguardado de su activismo político. Pero recordemos que los fuetazos en su contra han llegado al Vaticano y sus esqueletos administrativos han salido a la luz pública, por lo que recoger velas fue su “protección” mediática.
¿Recuerdan al exalcalde PNP de Lares, Roberto Pagán, diciendo que se retiraba y que Dios le susurró al oído que su hijo era “el elegido” para sustituirlo? ¿Es su hijo alcalde hoy? Se lo limpiaron como bacalao en su propio partido. ¿Se quemarán en la hoguera del infierno Thomas Rivera Schatz y los demás líderes del PNP que no lo llevaron a la alcaldía porque no obedecieron el susurro de “Dios” al alcalde? ¡Por favor!
Hoy hay un pueblo y un electorado muy distinto al de hace 20, 30 o 40 años, con más acceso a información, a análisis, a explicación, por lo que, a mi juicio, detectan el fraude mediático religioso con la política.
Yo no dudo de la fe de la gobernadora, de su cristianismo, pero, de igual forma, tampoco dudo de que su expresión de que Dios la llevó a la gobernación, en este momento, tiene una razón estrictamente electoral.
Esto de que Dios asume bandos políticos “enviando” candidatos, especialmente penepés, a “salvar” al pueblo, está tan trillado que solo en un sector inculto, sin acceso a información y/o fanático religioso podría tener efecto. El problema es que hoy hay acceso casi ilimitado a información y que el fanatismo, ya sea religioso y/o político, considero que es cada vez menor.