Hace aproximadamente una semana el senador José Vargas Vidot presentó el Proyecto del Senado 1538. Agraciadamente fue derrotado en la Cámara de Representantes, luego de su aprobación en el Senado. Cuando doy gracias a que fue derrotada es por el capítulo 6del proyecto, que obligaba a todos los patronos de Puerto Rico a pagarle a sus empleados su salario, sin haber trabajado, por razón de la cuarentena y sin descontar licencia alguna, al tiempo que el negocio no genera ingresos.
Conozco al senador Vargas Vidot hace muchos años y es un ser humano excepcional, un extraordinario puertorriqueño y una persona que le ha metido mano a quienes son olvidados por los demás, los enfermos víctimas del vicio, de las drogas y a los deambulantes, entre otros. No obstante, con todo el cariño, respeto y admiración que le tengo, no puedo aplaudir esa intención porque quienes le redactaron el proyecto y le asesoraron no pensaron, fueron emocionales y no racionales.
Puerto Rico ha sido víctima de la clase política que utiliza el dinero que no es suyo, para repartir y desperdiciar. No se puede decir que todo el dinero, pero sí mucho. Por eso estamos donde estamos. Hablo del dinero que recogen de contribuciones, pero también imponiendo medidas legislativas que hacen a la isla menos competitiva en términos de negocios. Puerto Rico se ha hecho menos competitivo en los últimos 20 años por diversas razones y la única forma encontrada de traer algún capital nuevo fue con un programa agresivo de incentivos contributivos.
Luego del huracán María, nuestra deteriorada economía tuvo una inyección momentánea de fondos federales que más o menos mantuvieron la cosa por un año. Sin embargo, para noviembre pasado los comercios volvían a sentir la precariedad de la economía. Sus números del “Black Friday” se comenzaban a pintar de rojo y así lo expresaron. Las navidades no fueron muy distintas, y llegó el fatídico enero con sus terremotos. No hemos terminado bien con ese asunto y el coronavirus comienza a ganar terreno impactando la economía a nivel mundial.
El golpe de esta contagiosa tragedia llega a tal magnitud que está haciendo sal y agua el caballo de Troya del presidente Donald Trump. Aunque Trump parezca “invencible”, esa percepción está cimentada en que la economía estadounidense está bien, que ha ido mejorando y esa mejoría está apunto de colapsar y si finalmente cae ante el coronavirus, la reelección del presidente pudiera estar en la cuerda floja. Trump tiene que escoger entre la salud de los estadounidenses o tratar de mantener la economía a flote. Ya se decidió por la economía. El pasado martes dijo “Perdemos miles y miles de personas cada año debido a la gripe. No apagaremos el país. Perdemos más personas en accidentes automovilísticos y por ello no les decimos a las compañías automovilísticas que paren la producción de carros. Necesitamos regresar a trabajar”, mostrando le importa poco las muertes de los estadounidenses. Irónicamente el presidente hace sus expresiones el día que más muertos y contagiados reportó la nación por el coronavirus.
Regresando al tema principal, tengo que pensar que se trata de algún asesor del senador Vargas Vidot que no hizo el análisis apropiado, prudente y elemental de la condición económica en que se encuentran la mayoría de los comercios. Señor asesor senatorial, hasta un jovencito sabe que lo que genera una mega cadena no es lo mismo que genera la panadería o la farmacia de la esquina. Señor asesor senatorial, un estudiante universitario sabe que si un negocio vende 2 millones de dólares no quiere decir que su ganancia es exactamente 2 millones de dólares o la mitad, y que de ahí puede cubrir sin ningún problema el salario de todos sus empleados mientras entra $0.00 al negocio.
Es muy fácil legislar con el dinero ajeno, es mucho más fácil no importar a quién se lleva enredao’ al punto de provocar una quiebra de un pequeño o mediano comerciante, o hasta uno grande. Deben ser muy pocos los negocios que puedan con esa carga tras una economía en depresión por 10 años, y donde un paso equivocado puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de un negocio.
¡Ah! Se me queda un detalle. El asesor del senador le puso que los patronos tienen que cubrir los salarios, tengan o no tengan dinero (porque la medida no considera la condición económica del negocio), mientras dure la orden de cierre a esos mismos negocios. Es casi seguro que el lockdown se extienda a un mes. Pues la medida obligaría al patrono a pagar un mes de salario a todos sus empleados, aunque el comerciante no tenga dónde caerse muerto. Le faltó a la medida que el patrono tenga que entregar sus bienes personales a los empleados para cubrir en caso que no tenga el cashflow.
Conociendo al senador Vargas Vidot, y estando convencido que es una persona razonable, tengo que pensar que esto es creación del algún asesor con una creatividad media loquita. ¿Porqué al asesor del senador no se le ocurrió una ley en la que el gobierno cubra durante la emergencia el 100% de los salarios que dejan de devengar todos los empleados privados de Puerto Rico?, y que by the way, pagan contribuciones. Digo, si usted paga con su dinero para que un empleado público esté en su casa cobrando y sin descontar licencia durante la emergencia, ¿no debe haber de parte del estado igual trato para usted? “Ah bueno pero usted puede coger desempleo”, le pueden decir. ¿Y un empleado público no puede hacer lo mismo? El asesor pudo haber pensado “bueno, pero es que el gobierno no tiene dinero para cubrir el salario de un mes de todo el mundo”. ¿Y que le hace pensar que toda la empresa privada sí puede?
El estado no tiene competencia y tampoco tiene que joderse como una empresa para buscar su sustento. Establece y sube impuestos, y usted paga sí o sí. En la empresa privada, si usted sube precios, los clientes se van para otro negocio. Así que no venga con la idiotez de que si el gobierno puede, la empresa privada está en igual condición. De hecho, si en la empresa privada se maneja la cosa como un político el gobierno, lo botan pal ca… En el gobierno, en general, suelen premiarlos reeligiéndolos… porque le dan lo que usted quiere… con los chavos de otros. ¡Así cualquiera!
“Y lo aprobado por el gobierno de Estados Unidos, similar a este proyecto derrotado en Puerto Rico, tendrá el mismo efecto: acabar con miles de negocios en la isla. La diferencia es que a Trump le importa poco destruir cualquier cosa que tenga que ver con Puerto Rico”.