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Opinión de Mariliana Torres: Aprendimos

Lea la columna de opinión de Mariliana Torres

mariliana

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Cuando hace cuarenta y tantos días el gobierno de Puerto Rico ordenó que nos quedáramos en la casa hacía bastante que otros países estaban pasando las de Caín al no lograr que todos los ciudadanos respetaran las ordenes de confinamiento. Una mirada a las noticias internacionales, más allá de los Estados Unidos, es fundamental para tener ese marco referencial. Resultaba alarmante y triste las noticias ante un virus desconocido. Luego de escuchar al presidente Donald Trump desafiar la ciencia y advertir en un principio de que Estados Unidos era inmune a la enfermedad entiendo perfectamente el estado de miedo en que estamos trabajando y viviendo.

Pasadas las semanas de confinamiento podemos decir que nuestra isla a pesar de todo lo mal que hablan del comportamiento boricua acató la orden y ello se ve en las cifras divulgadas de contagiados y fallecidos por el Coronavirus. Sabemos que son muchos más los infectados y muchos más los muertos pero en términos de la cooperación ciudadana entiendo que hemos mejorado. Dejando a un lado la corrupción, retomo la actuación boricua ante el miedo a infectarse. Usted debe sentir el mismo miedo que yo y es normal.

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Nadie se quiere enfermar o ser portador de una enfermedad terrible para sus seres queridos. Luego de este confinamiento hemos aprendido mucho. Si bien el pueblo aprendió a no confiar en los gobernantes y mucho menos permitirle insultos entonces: ¿Qué aprendimos del confinamiento como periodistas? Aprendimos a ser más detallistas en la entrega periodística. Procurar corroborar toda la información y buscar especialistas que nos ayuden en el proceso de búsqueda de la verdad. No aceptar como bueno todo.

Es decir la malicia es la mejor amiga del periodista. Aprendimos a desconfiar hasta del más educado. Diferenciar entre profesional con expertise y astuto de nacimiento. Entendimos que la especialización conduce al reconocimiento detallado de errores garrafales en documentos oficiales y cuan importantes son las clases de estadísticas que se odiaban en las universidades. Identificamos a los que juegan con el dolor de los demás y se quieren quedar una vez más con la tajada más grande del bizcocho. Aprendemos a interrumpir con respeto a los líderes para hacer preguntas inteligentes y aguzadas que denoten conocimiento.

La cara de perplejidad sobre asuntos de salud de los entrevistados cuando se dan cuenta que el que el entrevistador tiene conocimiento del tema es digna de una fotografía con marco. Recordamos lo que una vez nos dijeron en las clases en torno a como la noticia se convierte en memorable y reconocemos entonces con escalofrios que estamos viviendo un momento histórico. También aprendimos a interesarnos más en la historia social de los pueblos. Estamos aprendiendo a trabajar un día a la vez pues el periodista siempre está apurado. Reconocimos que tener miedo es cuestión de humanos y que no tenemos superpoderes.

Conocemos que no importa donde residamos nos tocará la recesión otra vez. Que el batacazo laboral llegará una vez más pues el paro laboral es mundial. Entendemos cuan importantes son los temas ambientales en el periodismo para dar a conocer las atrocidades que hemos permitido y que también somos responsables. Abrazamos con esperanza a las generaciones, esas mismas que quemaron suela de zapato en la calle Fortaleza, por no rendirse, estar en pie de lucha ante un futuro incierto y digerir con fuerza lo vivido. Los que ya haciamos teletrabajo nos alegra que los demás se adapten. Sabemos que las ventajas son múltiples. A

prendemos a valorizar nuestro trabajo pues anticipamos que muchos no llegarán a su meta por la fragilidad del sistema y la crisis económica. Valorizamos aún más el personal sanitario y reconocemos su compromiso. También estamos aprendiendo a reinventarnos y mostrarle al mundo que aunque estamos trabajando en una sociedad en riesgo constante estamos dispuestos a seguir en primera fila por los valores del periodismo. Si hay algo que hemos aprendido es que los periodistas hoy más que nunca somos necesarios.

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