Dijo la gobernadora Wanda Vázquez el sábado 4 de julio a las 10:22 am: “Aquel que señale, sugiera o insinue de manera insidiosa que en la renuncia de la Lcda. Dennise Longo Quiñones hubo discordias, discusiones o que se da en medio de desavenencias por alguna pesquisa o que se intervino en alguna investigación, es TOTALMENTE FALSO.”
Dijo la gobernadora Wanda Vázquez el martes 7 de julio cerca de las 10:00 am: “La razón por la que se le retira la confianza es por intervenir indebidamente en una en una investigación federal relacionada con el Departamento de Salud”.
Con esto es más que evidente que la gobernadora de Puerto Rico no fue honesta con “mi pueblo”. No dijo la verdad el sábado, , o no la dijo el martes cuando aseguró que tenía que ver con la intervención con una investigación.
Ahora, lo más importante no es cuándo no dijo la verdad, si no que, con esto, Wanda Vázquez demuestra no tiene problema en decirle “a mi pueblo” algo que no es cierto, sabiendo que no lo es, y lo hace sin problema alguno, mirando directamente “a mi pueblo” a los ojos y sin pestañear. Lo hace con la facilidad y tranquilidad con la que se come un dulce.
Vázquez no tiene solo esa “habilidad”. También posee la capacidad de tener doble vara al criticar la actuación de alguien, ella hacer lo mismo y decir la otra persona “está mal y yo estoy bien”.
La gobernadora dijo que era inaceptable que Longo Quiñones interviniera en una caso donde estaba involucrada su madre. De hecho, aseguró que debió guardar la apariencia. Sin embargo, cuando se le preguntó si lo que le reclamaba a Longo Quiñones no era lo que ella no hizo cuando intervino en el caso de su hija, ella respondió: “De ninguna manera tiene que ver con eso. Recuerde que, en ese caso mi hija fue víctima (de asalto), no era potencial investigada”.
Claro que una madre tiene que velar por los intereses de sus hijos. Ahora, ¿tiene la señora madre de Arellys Mercado Ríos, la joven asesinada en una marina de Fajardo, y otras madres, el beneficio de manejar el el caso de sus hijos? ¿Gobernadora, entiendo perfectamente que haya actuado como cualquier madre, pero no necesariamente actuó como una Secretaria de Justicia. Usted ejerció su posición pública en algo personal. No puede decir que manejó ese caso igual que el de cualquier hijo de vecino. Su inibición, y al menos la apariencia, era para garantizar a los imputados que tendrían un proceso justo, pero una de las personas que tenía poder sobre el caso, o sea usted, estaba emocionalmente comprometida porque se trataba de su hija. De hecho, si sus intervenciones eran algo normal en el caso de su hija, ¿porque razón le había anunciado “a mi pueblo” que se inhibiría? Eso no fue todo en ese caso.
También trascendió que el esposo de la gobernadora, el juez Jorge Díaz Reverón, usó su toga, en horas laborables, la sala del tribunal y recursos del poder judicial para citar a un agente de la policía y solicitarle sutilmente que sirviera de testigo en el proceso judicial contra su esposa por el asunto ético y su uso del poder en el caso de la hija de ambos. El Tribunal Supremo miró para el lado en este caso.
Sobre todo ese asunto trascendió que Wanda Vázquez, como jefa de Justicia, enviaba textos a fiscales y citaba a reunión en su oficina para atender el caso de su hija. Sin duda eso ejercía una presión imprudente sobre los que atendían el caso. En el caso del juez, ¿no podían citar al agente alguno de los miembros de la batería de abogados que tenía Wanda Vázquez? ¿Porqué tenía que ser su esposo, vestido de juez y en la sala judicial? ¿No ejerce eso una presión sobre el agente para que responda a los intereses de su familia? Obviamente la intención era presionar al agente y los abogados no ejercían la presión que podía meterle un juez. Bajo ninguna circunstancia se puede concluir que el caso de la hija de ambos, desde la oficina de Vázquez hasta la sala del juez Díaz Reverón, se trató como cualquier otro caso.
Ambos estaban expuestos al escrutinio público y aún así se las jugaron fría. ¿Qué diría o pensaría “mi pueblo”? Realmente fue algo que poco les importó porque lo personal iba por encima de cualquier cosa. Si eso ocurrió en una ocasión, ¿cómo creer que la gobernadora sería incapaz que despedir a Denisse Longo Quiñones para evitar que la refierieran al FEI o descarrilar una investigación en su contra? ¡Esa es la pregunta!