Esta semana los medios noticiosos reseñaron la crítica a la candidata a la gobernación Alexandra Lúgaro, por lo que a todas luces resultó ser un plagio de un anuncio político de Argentina que adaptaron para el contexto local sin hacer referencia al original. Si bien la copia es evidente y la falta es clara, me parece que la sagaz candidata y su equipo lograron el objetivo: obtener publicidad gratuita a costa de una controversia.
El escritor francés Michel Schneider, definió magistralmente la conducta humana sobre el plagio explicando que “muchos cerebros humanos están hechos de tal manera, que no pueden crear nada en absoluto; solamente puede usar material ya existente”. Y es que cantidades inimaginables de supuestos inventores han pasado a la historia como grandes genios, pero no necesariamente fueron los verdaderos autores de la obra que se les atribuye; sino que se apropiaron de las ideas y proyectos de otros.
La apropiación o robo de ideas e inventos, no siempre viene motivada exclusivamente por una cuestión económica, sino también de prestigio social, éxito y fama, entre otros. En el caso de las campañas políticas, muchas veces se plagia lo que se entiende funcionó para otros candidatos y, en casos como el que reseñamos de Alexandra Lúgaro, también podría plantearse que se hace adrede para llamar la atención y lograr pauta gratuita.
En la política existe la máxima de que publicidad gratuita, buena o mala, sigue siendo publicidad. Y en el caso de las campañas políticas, sobre todo de partidos emergentes, cualquier pauta que haga que el nombre del candidato esté en boca de todos sin desembolso de fondos podría entenderse como beneficioso. Sin embargo, no podemos perder de perspectiva que el pueblo pasa juicio sobre los valores de los candidatos. En el caso de Alexandra, queda por verse si el elector le dará más peso a la falta por el plagio, y lo que pueda interpretarse en cuanto a su carácter, o al mensaje que intentaban comunicar en el anuncio.