El pasado 30 de diciembre de 2020, como para cerrar con broche de oro el desastroso cuatrienio que el PNP le ofreció al país, la gobernadora Wanda Vázquez firmó la Ley 167 para crear los llamados “Cabilderos de la Estadidad”. La intención era obvia: aprovechar los últimos días de dominio legislativo tras saber que el pueblo les había quitado la mayoría. De esa manera colocaron una vez más sus intereses partidistas por encima de las necesidades de la gente. Sin embargo, la mesa que habían servido terminaría ridiculizando su causa y, peor aún, allanando el camino para el desquite de Ricardo Rosselló.
El gobernador entrante, Pedro Pierluisi, tuvo la oportunidad de detener el tren que se dirigía al barranco, pero no lo hizo. Aún conociendo el gasto innecesario que constituiría para el país, no solo siguió adelante, contrario a lo que ha sucedido con recursos para la UPR o para Educación Especial, sino que su gobierno se movió con rapidez a asignar dinero para enviar 6 personas pagas con fondos públicos a cabildear por la estadidad. Fue entonces cuando sucedió la debacle. El evento no solo fue un fracaso estrepitoso con la participación electoral más baja en la historia, sino que Ricardo Rosselló, el gobernador que el país expulsó en 2019 y sobre el que gran parte de su liderato se expresó negativamente en aquel entonces, ejecutó su estrategia y resultó electo.
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Desde donde quiera que se mire, los grandes perdedores aquí, además del país, son Pedro Pierluisi, Jennifer González y la estadidad. Pierluisi tendrá que lidiar ahora con Rosselló ejecutando su agenda posiblemente pago con fondos públicos e iniciando una estructura paralela; Jennifer tendrá que aceptar a su anterior compañero de papeleta tratando de usurparle funciones en el Congreso Federal; y la estadidad, para pesar de miles estadistas serios que legítimamente creen en ese ideal, quedará rezagada en el tiroteo del PNP.
El perro los mordió
El pasado domingo todos fuimos testigos de cómo el perro que el PNP soltó en el parque, terminó mordiéndolos a ellos.