Los movimientos políticos enfrentan cada cierto tiempo la necesidad de transformarse para poder mantenerse pertinentes en la discusión de temas importantes a la sociedad. No pueden ser estructuras rígidas atadas a ideas que no aguanten ser revisadas y mucho menos estar cerrados a corrientes de nuevos pensamientos. Para sobrevivir, los partidos deben ser el equivalente a la conducta humana, tienen que adaptarse a su entorno y su hábitat y convivir con otras especies.
El Partido Popular Democrático está experimentando esa transformación. Lo hace por instinto luego de ver una brutal contracción electoral en las últimas dos elecciones. El surgimiento de nuevos partidos y corrientes políticas vinieron a llenar espacios que el PPD fue abandonando con el tiempo debido a decisiones mal tomadas. Como todas las transformaciones, esta no está exenta de críticas del “establishment” que prefiere dar órdenes desde afuera y adoptar las posturas más conservadoras para navegar en aguas tibias. Las transformaciones son impostergables.
Debemos entender que con la llegada de las redes sociales y nuevas fuentes de información, llegaron también nuevas generaciones con mentes forjadas dentro de un inmenso universo de intercambio de ideas. Los jóvenes hoy están mejor y más rápidamente informados que hace 20 años. Con esto no quiero decir que todo lo anteriormente hecho está mal o que debe atenderse exclusivamente un sector de la sociedad. Al contrario, debemos retomar los ideales que forjaron el PPD y atemperarlos a los tiempos.
El procesó comenzó. El Partido Popular no es ni será el que penaliza y despide a los trabajadores públicos, el que llama “pelús” a los estudiantes de la UPR y los macanea, el que propulsa la venta y privatización de servicios esenciales o el que abraza la bandera de la intolerancia. Ya para eso está el PNP. Debemos movernos de acuerdo a los tiempos y escuchar el grito de la calle. Hay un nuevo jíbaro generacional, machete en mano, listo para comenzar la zafra, y hay que brindarle un país de trabajo, respeto y dignidad. El que no lo entienda, se quedará postergado ante esta realidad histórica. Los invito a que vayamos juntos por un nuevo Puerto Rico.