Estamos atravesando una profunda crisis en Puerto Rico que se manifiesta como un conjunto de estas. La crisis climática y ambiental, la económica, la fiscal y de la deuda, la del ELA y sus instituciones, del sistema de partidos políticos tradicionales, de transportación, de salud y una crisis de violencia son todas manifestaciones violentas de esa crisis. Pero en lugar de tomar las medidas necesarias para atender y mitigar los efectos del conjunto de crisis que enfrentamos, las políticas públicas que se adoptan para enfrentarla
profundizan el deterioro en la calidad y en los niveles de vida de la mayoría. Además, los gobiernos del PNP y del PPD han respondido a la crisis con políticas que tienen efectos violentos contra la mayoría mientras protegen los privilegios de un puñado.
Enfrentamos como sociedad la violencia de género, la violencia de la desigualdad e inequidad; la violencia criminal provocada en su mayoría por la ilegalidad de las drogas; la violencia ambiental que pretende robarnos las playas, que destruye las zonas costeras y nuestros recursos naturales; la violencia económica en el ámbito laboral -de los patronos a los trabajadores- como, por ejemplo, la resistencia a aumentar el precario salario mínimo y la contrarreforma laboral; y el caso de la privatización de los servicios públicos como la Energía Eléctrica y el transporte marítimo.
Una de las manifestaciones recurrentes de la violencia gubernamental la ejecuta la policía -municipal y estatal- contra quienes expresan sus insatisfacción ante los ataques, las acciones y omisiones gubernamentales. Hemos visto y repudiamos el uso excesivo de fuerza policial contra quienes protestaron por el deficiente servicio de transporte entre la isla grande, Vieques y Culebra, contra quienes defienden nuestras playas, nuestra Universidad, contra las personas de la comunidad LGBTTIQA+.
Reflexionemos sobre alternativas al modelo económico actual. Necesitamos que la planificación supere el caos de la incertidumbre del mercado y donde la solidaridad y la cooperación superen la violencia del egoísmo y la competencia.