Las imágenes mundiales recientes sobre la crisis climática son escalofriantes. Los fuegos pintaron los cielos color naranja en varias partes del mundo, como por ejemplo en Estados Unidos (California), Rusia (Siberia), Grecia (Evia) y en Aguadilla, Puerto Rico. En California hay alrededor de 11 grandes incendios forestales y el de Dixie, que comenzó el 13 de julio, se estima que tomará semanas contenerlo.
Yakutia, Rusia, tiene una frontera con el océano Ártico, que es una de las zonas más frías del planeta, y su Ministerio de Emergencias ha reportado que han extinguido sobre 11 incendios forestales en 24 horas. De hecho, Yakutia ha reportado un aumento en su promedio anual de temperatura dos grados más que el resto del planeta. También, este verano se registraron varios días en los que se rompió el récord de calor.
Es innegable que el clima de la Tierra está cambiando y que el comportamiento humano ha tenido y tiene gran influencia sobre esto. Igualmente, las actuaciones humanas pueden determinar el futuro del clima. Podemos tomar medidas necesarias para reducir las emisiones de dióxido de carbono, transicionar aceleradamente hacia las fuentes de energías renovables y proteger nuestras costas y ecosistemas.
En Puerto Rico tenemos personas expertas y grupos -como Queremos Sol– que ya tienen sus propuestas establecidas y claras. Solo falta la voluntad del gobierno para actuar a favor de las grandes mayorías y del medioambiente, en vez de favorecer a unos pocos, como sucedió en Rincón a pesar de que las manifestaciones del pueblo lograron detenerlo.
Contrario a la receta neoliberal de la Junta que pretende seguir recortando fondos a nuestros servicios esenciales y a la gestión gubernamental, urge la contratación de servidoras/es públicas para atender las crisis que atravesamos, incluyendo la de salud, educación y la climática. La respuesta tiene que ser colectiva y de todas las regiones para poder salvar el planeta. Debemos actuar de inmediato.
