El poblado Castañer (población 4 mil) es uno de los lugares más emblemáticos de nuestra región montañosa. Fueron los objetores por conciencia de la Iglesia de los Hermanos que llegaron al lugar en 1942, quienes fundaron el Hospital Castañer y convirtieron al poblado en un lugar muy especial.
El Hospital Castañer fue eventualmente donado a la comunidad en 1976. En 1981 añadieron un centro de salud, formando un dúo que ha servido muy bien a su gente por nueve décadas. Sobre nueve mil pacientes de los barrios aledaños de Lares, Adjuntas, Yauco y Maricao convergen en Castañer para obtener servicios de salud, la mayoría siendo de Adjuntas y del barrio Bartolo de Lares. El que Castañer represente una región pobre, agrícola, aislada y envejecida, no ha sido impedimento para que su gente haya disfrutado, antes y después de los distintos eventos catastróficos sufridos, de servicios de salud primarios preventivos de calidad. Y todo ello sin intervención gubernamental, bajo la dirección de una entidad sin fines de lucro administrada por la propia comunidad.
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La fortaleza de los servicios de salud en Castañer radica en el abarcador cuidado primario preventivo ambulatorio brindado en su Centro de Salud, y liderado por 15 médicos primarios a tiempo completo, principalmente generalistas y médicos de familia. Su hospital tiene 24 camas. Lo más especializado que se ofrece regularmente es pediatría, medicina interna y ginecología. Sus servicios ancilares principales son: farmacia, laboratorio y radiología. No se hacen partos ni procedimientos quirúrgicos. No ofrecen quimioterapia, ni operan centros de imágenes, diálisis o cámara hiperbárica. Solo hospitalizan condiciones leves de bajo riesgo. Su sala de emergencia atiende pacientes las 24 horas. El paciente que requiere servicios especializados es referido a hospitales o especialistas de Ponce, Mayaguez, Arecibo y San Juan (de acuerdo al municipio a que pertenece la parte de la montaña donde reside), todos a 1-3 horas por vía terrestre, pero mucho menos por vía aérea desde su helipuerto.
La experiencia en servicios de salud de Vieques ha sido muy distinta a la de Castañer. Pero no hay razón alguna para que Vieques no pueda emular a Castañer y lograr tan buenos resultados. Vieques es también un lugar especial de sobre 8,300 habitantes, separado de Fajardo por 20 millas de mar. Su gente pobre ha dependido principalmente de servicios de salud gubernamentales, los cuales han evolucionado de mal a peor a través del tiempo. El Centro de Salud inaugurado en 1996, siempre enfrentó dificultades para reclutar y mantener su personal esencial. Sus códigos de construcción aparentemente no fueron los adecuados, el centro terminó parcialmente destruido por el Huracán María y fue cerrado.
Fue sumamentee triste observar un reportaje televisivo el pasado viernes 20 de agosto en el que se presentaba el inoperante Centro de Salud viequense con equipos abandonados y medicamentos expirados. Pero el gobierno que no se ocupó de rehabilitar el Centro con carácter de urgencia tras el huracán, ahora saca tiempo y dinero para volver a engañar a una población todavía desprovista de servicios de salud, con el ilusorio ofrecimiento de un sueño imposible que estará supuestamente operacional en 2024.
El hospital a construirse con $56 millones de fondos FEMA, será sin duda el elefante blanco más gigantesco que hayamos visto desde la Estatua de Colón. La falsa promesa de que el gobierno habilitará “un hospital” con sala de emergencia 24 horas, doce camas de observación, cirugía, obstetricia, diálisis, quimioterapia y cámara hiperbárica, es no tener idea del costo y recursos que se necesitan para operar un mini centro médico tan especializado como el propuesto.
El éxito de Castañer ha estado fundamentado en lo práctico y realista de sus metas, las cuales ha mantenido ante toda adversidad y que nunca han pretendido ir más allá de lo que es viable. Los gastos operacionales del elefante blanco prometido en Vieques, una vez desperdicien los $56 millones de construcción, saldrán del presupuesto del Departamento de Salud, un Departamento que está crónicamente en déficit, que es el mayor deudor de ASEM, a quien le debe sobre $100 millones en gastos operacionales de los Hospitales Universitarios Adulto y Pediátrico. Esa es la agencia insolvente que tendrá que conseguir competentes y caros profesionales de enfermería, técnicos y médicos que quieran ir a Vieques a trabajar, sin garantía de pago por un Departamento que ni tan siquiera pudo sostener operando continuamente el CDT de Vieques desde su inauguración.
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Lo que propone el gobierno debería ser detenido por la Junta de Control Fiscal. Sería más costo efectivo darse un paseo por Castañer para ver cómo se opera un servicio de salud primario-preventivo exitoso para una población pequeña, con un gasto operacional menor a $18 millones anuales. Que utilicen su ejemplo para rehabilitar de inmediato el CDT de Vieques. O quizás deberían sentarse a hablar y coordinar alguna alianza con Health Pro-Med de Barrio Obrero que opera un centro 330 en Vieques. O quizás el gobierno debería considerar un plan alterno como comprar una red de helicópteros y volar a Fajardo cada paciente viequense que requiera algo más que primera ayuda. Después del montaje publicitario que vimos del liderato político gubernamental el 19 de agosto para entusiasmar nuevamente a la buena gente de Vieques, no se sorprendan si en algún momento cancelan el proyecto, porque ese es su destino final inevitable. Entonces, ni Hospital ni Centro tendrían los viequenses y los turistas.
Vieques no necesita más edificios que vuelvan a fracasar, que no funcionen, lo que necesita como solución inmediata y realista es copiar el secreto de una población pequeña y aislada como Castañer: un buen grupo de cuidado médico primario-preventivo estable, integrado, comprometido y bien incentivado que ofrezca servicios de excelencia 24 horas al día en su CDT restaurado.