La discusión amplia que ha traído el Plan de Ajuste de la Deuda (PDA) ha dejado al descubierto varias realidades. Sin embargo, y más allá de las razones para votar a favor o en contra del PC 1003, nadie está hablando de las necesidades que hoy tenemos como país o de qué condiciones queremos garantizar para el futuro.
Mientras se discute un PDA que garantiza un pago en efectivo de $7 mil millones para los bonistas, la realidad actual en la UPR es que ha perdido acreditaciones en varios de sus programas académicos, y que todos sus recintos tienen señalamientos de la Middle State Commission on Higher Education. Incluso, hay peligro real de cierre de recintos aun con un presupuesto cercano a los $500 millones. La Policía de Puerto Rico tiene más de cinco mil plazas vacantes de agentes, incluyendo falta de policías en las divisiones de violencia doméstica, maltrato de menores y abuso sexual. Hoy Puerto Rico cuenta con alrededor de 400 plazas vacantes de bomberos, cientos de plazas vacantes de trabajadores sociales para atender casos de maltrato infantil, cerca de 200 de paramédicos para servicios de los que dependen la vida o muerte de cualquiera de nosotros en una emergencia, casi mil oficiales de corrección y casi 250 plazas de vigilantes del DRNA vacías para velar por nuestros recursos naturales. Esa es nuestra situación hoy.
La decisión que se tome sobre el PDA, sea a favor o en contra, se circunscribe a dos palabras: Presente o Futuro. Si la legislatura le da un voto de confianza a la Junta por la teoría de que no recortarán pensiones ahora, entre otros planteamientos, ese voto se emite pensando en un problema presente. Por el contrario, si lo que queremos es buscar un mejor acuerdo para reducir el riesgo de un impago y que ese impago sea la excusa para entonces recortar pensiones, reducir servicios esenciales e imponer más austeridad, sería un voto pensando en comenzar ahora a defender el futuro. No se trata de que un voto es bueno o malo. Se trata de tener cuidado de que, por una promesa incompleta en el presente, no sacrifiquemos nuestro futuro.