Hace unos días les hablaba sobre quiénes serían o podrían ser los candidatos del PNP y el PPD para las elecciones del 2024. ¿Qué hay con los posibles candidatos del PIP, del partido Victoria Ciudadana (MVC) y del Proyecto Dignidad (PD)?
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El PIP seguramente regresará con el candidato más sólido que ha presentado en su historia: Juan Dalmau. En la trayectoria de esta colectividad han surgido tres eventos electorales en los que sus acciones le habrían de dar impulso a sus candidatos. En 1971, el legendario presidente del PIP, Rubén Berríos, comenzó su campaña para sacar a la Marina de Culebra. En las elecciones del año siguiente presentaron como candidato a Noel Colón Martínez, quien obtiene 70,000 votos. En 1975 el presidente estadounidense Gerald Ford firma la salida del cuerpo castrense de la isla municipio y al siguiente año el PIP presenta a Berríos como su candidato a gobernador. De 70,000 votos en el ’72, el PIP aumentó a 83,000 en el ’76.
Para las elecciones de 1996, David Noriega aspiró por este partido. Fue un agresivo y acertivo fiscalizador gubernamental. Sorpresivamente, luego de un cuatrenio de pura fiscalización, en lugar de aumentar votos bajo la candidatura de Noriega, el PIP bajó de 79,000 a 75,000.
LLegó el 1999 y, tras la muerte del viequense David Sanes, Berríos retomó su causa contra la Marina y tras un año de desobediencia civil, aspiró otra vez a la gobernación obteniendo 104,000 votos, lo más que había alcanzado hasta ese momento la colectividad.
Para las elecciones del 2012 aspiró Dalmau y obtuvo 47,000 votos. Sin embargo, para las elecciones del 2020 alcanzó lo que nunca había logrado el PIP: 174,000 votos. ¿Porqué esa diferencia en comparación con sus votos para el 2012? En primer lugar, lo ocurrido en el Verano del 2019 hastió más al pueblo con los principales partidos y buscaron otras opciones. Dentro de esas otras opciones, el PIP presentó a otro Juan Dalmau. No era el mismo del 2012. En aquel entonces Juan era el prototipo de lo que presentó el PIP por décadas. El Juan del 2012 dió un giro para el 2020 y cambió el discurso de que el objetivo principal es la descolonización e idenpendencia. En el 2012 proyectó un candidato más intelectual, formal, serio y tradicional. Para el 2020 lució más juvenil y jovial.
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El en caso del partido Victoria Ciudadana, no vislumbro que Alexandra Lúgaro vuelva a ser la candidata a la gobernación, por tercera ocasión. De 176,000 votos que obtuvo en el 2016 como candidata independiente, sin estructura política, en el 2020 llegó a 179,000. Un aumento de 3,000 votos con una mejor organización, estructura y mayor popularidad. Aparte de que tuvo un estancamiento, hoy trabaja para lo que en su partido llamaron “grandes intereses” y ha expresado que le encanta lo que hace. No la veo regresando a la contienda electoral para el próximo ciclo.
En su lugar, quien ha mostrado interés es Manuel Natal, una figura que no proyecta la madurez que pueda tener Lúgaro. Natal luce muy emocional y menos analítico. Contrario al desempeño legislativo que tuvo en su paso por la Cámara, ha sido más asertivo haciendo política partidista en la calle, más trabajador. Trabajó para ganar San Juan y casi lo logra. Eso, entiendo, lo lleva a pensar que tiene probabilidades reales de ganar la gobernación en el 2024. Sin embargo, la capital es una cosa y el resto de la isla es otra. No veo en este momento un candidato independentista ganando la gobernación.
Teniendo dos candidato independendistas con Dalmau y Natal en la papeleta, el primero es un candidato superior, mucho más maduro, simpático y que cae bien, aun fuera del PIP. Ahora bien, Dalmau no debe hacer la misma campaña con Natal que la que hizo con Lúgaro. Si eso ocurre, probablemente el PIP vuelva a caer en el cuarto lugar, teniendo probabilidades de llegar tercero. ¿Puede un partido de izquierda llegar segundo lugar? Nada está escrito en piedra, pero hoy no lo veo. Ya veremos el comportamiento en el 2024.
Finalmente, en el caso del Proyecto Dignidad, la senadora Joan Rodríguez Veve es la persona que se vislumbra como la candidata a la gobernación. Sin duda es, en esta colectividad, la figura más carismática y visible. Le habla a un sector específico y es ese sector el que tradicionalmente cerraba filas con el PNP, que de ordinario es más conservador que el PPD. Ella es una amenaza mayor para el PNP que lo que fue el doctor César Vázquez.