“El poder ciega y estoy seguro que me pasó”.
Félix “El Cano” Delgado
Exalcalde de Cataño
30 de noviembre 30 de 2021
“Imagínese si no nos tuvieran”.
Rosa Emilia Rodríguez
Exjefa de fiscalía federal
7 de Agosto de 2013
Cito estas expresiones que, aunque algunos no quieren aceptarlo, a mi juicio están correlacionadas. Cuando dialogo con personas que no creen en la presencia del FBI y la Fiscalía Federal en Puerto Rico, es notable que se les hace complicado argumentar con éxito y fundamentos que sin la presencia de estos organismos federales estaríamos igual o mejor en términos de los niveles de encausamiento judicial y convicciones.
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Ciertamente, “los federales” no son infalibles o a prueba de fallas. Son seres humanos como cualquier otro, pero aun así es incuestionable, aunque irrite a muchos, que si no estuvieran aquí, muchos de nuestros políticos o funcionarios corruptos jamás sentirían el frío de “las cocolías” al ser esposados.
En los pasados 20 años, recuerdo solo dos gobiernos que han procesado a miembros de los suyos: bajo Luis Fortuño al exalcalde de Vega Baja, Edgar Santana, y bajo Alejandro García Padilla, que refirieron a su propio presidente cameral, Jaime Perelló. Si ha habido otros, y probablemente los haya, no los recuerdo. No obstante, cuando vamos al conteo, los federales le sacan tres cuerpos en investigaciones, procesamiento y convicciones por casos de corrupción al aparato estatal.
Hace unos años entrevistaba al ex Secretario de Justicia, César Miranda. Hablábamos sobre este tema y expuso que lo que pasaba era que los federales tenían unas herramientas que no tenían los estatales para investigar y procesar. “¿Como las grabaciones o grabaciones telefónicas?”, le pregunté. “Eso, por ejemplo”, me respondió. “O sea, Secretario, que para poder procesar delincuentes, sería bueno que nosotros a nivel estatal también pudieramos grabar conversaciones (autorizadas por un tribunal)”, le pregunté. “No, yo no creo en eso”, fue su respuesta.
Entonces, imagine usted sacar de Puerto Rico a un organismo con herramientas más efectivas para detectar corrupción y procesar al corrupto. ¿No sería ese escenario el Disney World para los corruptos? Imagine depender solo de un organismo investigativo con las manos medio atadas. Sería algo bello para el corrupto y el criminal.
Eso y la desporporción de procesamientos y convicciones de corruptos de los federales sobre los estatales exacerba las emociones de los que quisieran al Tribunal Federal fuera de Puerto Rico al no encontrar fundamentos sólidos para neutralizar el argumento que combaten. “Los federales no son perfectos” es lo único que plantean, pero evitan el tema del box score de convicciones de unos sobre el otro porque se les desmorona la posición de que nosotros mismos, solitos, podemos combatir la corrupción gubernamental igual o más efectivamente. Es con los federales y mire lo que hemos estado discutiendo por 20 años. ¿De verdad que alguien cree que bajo el gobierno local, dependiendo estrictamente de los aparatos criollos de investigaciones, tendríamos menos corrupción política/gubernamental?
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No resto méritos ni capacidades a nuestros policías, fiscales, ni jueces, pero, aparte de no tener las mismas herramientas, en los casos de corrupción gubernamental también dependen en gran medida de la voluntad política, y esa voluntad muchas veces reside en la Calle Fortaleza. ¿Usted cree que bajo la administración de Pedro Rosselló, con el “tráigame la prueba” y el “Frankly, my dear, I don’t give a damn”, un fiscal o un Secretario de Justicia se hubiese atrevido a tocar a Yamil Kourí, Marcos Morell, Freddy Valentín? ¿Usted cree que alguien hubiese acusado a Jorge De Castro Font, Fernando Toledo o “Mane” Cruzado a nivel estatal antes que los federales? ¿Seguimos? Eso es lo que irrita a los que tratan de argumentar que sin los federales nos iría igual o mejor combatiendo la corrupción o la delincuencia. “¡Claro que nos iría mejor, lo que pasa es que no hay voluntad!”, me dijo una persona para tratar de demostrar que yo estaba equivocado, sin percatarse de que lo que hacía era reforzar mi narrativa.
No hay duda de que, como dice “El Cano”, a muchos políticos los ciega el poder, los hace creerse intocables, que nadie osaría delatarlos o traicionarlos. Para defraudar en el gobierno hacen falta dos o más, y apueste usted que a la que agarren a uno, por intentar salvarse, esa persona hundirá al político y al que sea.
Es una tragedia que nuestra isla tenga que volver a pasar por esta situación. Este caso va a ser más grande de lo que nos sospechamos y hoy reitero con mayor convicción que esto demuestra que si los federales no estuvieran en la Chardón, eso sería una bendición… para los corruptos y delincuentes que se ciegan al tener poder.