No es por ser pretenciosos. Los guaynabitos no tenemos el control de la isla. Guaynabo City es un pueblo sí. Sin embargo, me parece que en Guaynabo se juega el futuro de Puerto Rico.
Este sábado Guaynabo escogerá al sucesor de Ángel Pérez. Pero el significado de esta elección especial va más allá de una cuestión localizada en el pueblo de Guaynabo. En esta elección se miden las fuerzas de la “maquinaria” partidista comandada por políticos de carrera que han usado la ideología estadista para colocarse en posiciones de poder y obtener provecho propio contra las fuerzas emergentes que buscan renovar al único partido estadista de la isla. En otras palabras, esta elección es una confrontación entre el poder del mollero versus el deseo de sana administración y compromiso real con la estadidad.
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Los votantes de Guaynabo tenemos la responsabilidad de demostrar con nuestro voto lo que queremos. Esta elección es la oportunidad de trazar un nuevo destino en el que el movimiento estadista amplio indique la dirección que queremos seguir a la estructura anquilosada del partido estadista. Más que una oportunidad es una responsabilidad.
Es vital entonces que hagamos de esta elección un modelo de participación ciudadana. Que salgamos a votar. Que, incuestionablemente, expresemos el deseo de un mejor Guaynabo y un mejor Puerto Rico.
En Guaynabo, el Partido Nuevo Progresista tiene mucho comprometido. El pueblo es portaestandarte del partido pero también representa la vergonzosa memoria de dos exalcaldes fallidos involucrados en esquemas escandalosos y criminales. Simple y sencillamente el estigma que persigue al PNP como plataforma para corruptos tiene un símbolo claro en la alcaldía de Guaynabo. Esa no es la visión de un ente al que nadie quiera pertenecer. El PNP tiene la oportunidad con esta elección de reconectar al partido con su misión y tornarlo en una institución que represente un orgullo para sus constituyentes. Esperemos el resultado demuestre lo último porque en Guaynabo se juega el futuro de Puerto Rico. Esta elección será el pie forzado que representará al PNP de cara a las elecciones del 2024. Ya sabemos de la erosión creciente entre las filas de estadistas reflejadas en los números crecientes de aquellos que dicen ser estadistas no PNP. Por otra parte, confrontamos los ataques incansables de los movimientos anti-estadistas con el claro apoyo de la prensa. El cuadro no pinta bien si el PNP confronta un movimiento estadista dividido en el 2024.
Como residente de Guaynabo, como estadista y ciudadana que recién se reintegró al partido, espero mucho de los votantes de este pueblo y de la organización que maneja esta elección. Tengo fe en que lo verdaderamente provechoso para el partido y Puerto Rico será el deseo expreso de cambiar el rumbo hasta ahora tomado por el partido. El domingo veré si esa fe en nuestra capacidad de evaluar candidatos críticamente y pensando en nuestros hijos y nietos, en lo mejor para nuestro pueblo y Puerto Rico, tiene la orientación correcta.
Guaynabo, escojamos al candidato o candidata que tenga el mejor record como administrador, que tenga la formación necesaria para llevarnos por el camino del progreso y que esté realmente comprometido con la estadidad sin pensar en el apellido.