Mrs. Vélez. Así se llamaba la primera maestra que tuve en kindergarten. Nunca he olvidado su nombre, su rostro y sobre todo su carisma angelical. Durante mi paso por la escuela, fueron muchos los maestros que me educaron, y soy lo que soy hoy, como ser humano y como profesional, en gran parte gracias a ellos: a mis maestros de la escuela pública.
Ahora bien, dentro de esa educación se incluía el ser honesto, formar opinión propia y defenderla. En los pasados días, el mensaje de un grupo minoritario de maestros ha sido todo lo contrario. Circularon una convocatoria para que se ausentaran y mintieran haciéndose los “enfermos”, dejando a sus estudiantes sin clases.
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Siempre he dicho que nuestros maestros son los peores pagados de la nación. En todas las plataformas a las que tengo acceso he expresado que hay que atender con urgencia el tema del salario y del retiro de ambos, así como de otros funcionarios públicos. No obstante, afectar a los estudiantes, aunque no sea la intención, no se puede aplaudir, ni apoyar.
La semana pasada se anunció un aumento inicial de $470.00 mensuales a los maestros, lo que representa un 20 % de aumento. No voy a seguir patinando con los que aún se quejan de que les condicionan la segunda parte del aumento a ponchar porque, como ellos dicen, ya lo están haciendo, y como lo están haciendo, no tendrán problema para recibirlo. Hay que pasar la página y cuando comiencen a cobrarlo, porque van a estar ponchando, se les olvidará esa controversia específica.
¿Son 470.00 mensuales un aumento razonable y suficiente? No lo es. De eso no hay duda. No obstante, de aumentos de $50.00 o $100.00 mensuales a $470.00 hay una diferencia sustancial. Pero es cierto, sigue siendo insuficiente. ¿Cuánto es un salario razonable para un maestro? El presidente de la Asociación de Maestros, don Víctor Bonilla, dijo que por lo menos debe ser $3,500 ($42,000 al año). A mí me parece un promedio razonable y añado que lo ideal sería tener métricas y evaluaciones. Nada que no ocurra en otros trabajos. Claro, Educación también tiene que proveerles de herramientas y buen ambiente.
¿Es real aumentar 100% de salario de sopetón? No lo veo. El martes trascendió que la Junta de Supervisión Fiscal se opuso a la legislación que daría aumento adicional de entre $500.00 y $600.00 mensuales porque la legislación no identifica de dónde saldrían los fondos recurrentes. Por el momento eso no me preocupa mucho. Primero porque ese aumento no era para ahora, o sea, hay tiempo para lograrlo; y segundo porque la Junta se opone a algo hoy y mañana cambia, igual a los políticos. Pero eso valida que el asunto no es uno que se resuelva en varias semanas.
A la controversia del salario se suma el desastre en el sistema de retiro de los maestros. ¿Hay ansiedad en el magisterio respecto a ese tema? Es cierto y con total razón. ¿Es algo que no se resuelve de la noche a la mañana? También es cierto. Por lo tanto, dejar a los niños sin clases por dos, tres o cuatro días, mintiendo y haciéndose los enfermos, es apuntar el arma a quien no tiene culpa: la educación de nuestros niños, y para algo que no tiene solución inmediata.
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Si alguien me dice que esta estrategia es la acertada para lograr la meta de resolver el serio problema de retiro en varios meses, no estaría de acuerdo, pero lo entendería. No obstante, hoy algunos maestros privan a los estudiantes de la enseñanza y en seis meses no estará resuelto el tema del retiro ni la compensación en su totalidad. ¿Van a seguir castigando a los menores para presionar al gobierno con algo que no se resuelve de la noche a la mañana? Mi punto principal es que nunca se debe tomar a los niños y su educación como rehenes, aunque sea por días. Si usted no es de los que se ausentó mintiendo, no se dé por aludido o aludida con esta expresión.
El secretario de Educación, Eliezer Ramos, ya dijo que podría haber extensión del semestre si los niños se atrasan. Es lo correcto.
Agraciadamente, dentro de lo negativo, la inmensa mayoría de los maestros pusieron a los niños primero y asistieron a dar clases. Seguramente lo hicieron con el mismo sentimiento de molestia e inseguridad de los que decidieron mentir haciéndose los enfermos y dejando a los niños sin sus clases, pero cumplieron su deber. A los maestros que asistieron: ¡GRACIAS!
Los maestros tienen todo mi apoyo en sus reclamos y según he utilizado mis plataformas para expresarlo, lo seguiré haciendo. Pero cuando afectan a los niños, igual seguiré ejerciendo lo que me enseñaron mis maestros en Jayuya: ser honesto, desarrollar mi opinión, expresarla y defenderla cuando tenga que hacerlo.