Mónica Puig Marchán no pudo contener la fuerza de la alemana Carina Witthoeft y perdió hoy en dos sets la posibilidad de quedar campeona en la final del Abierto de Luxemburgo.
El partido acabó con números de 3-6 y 5-7.
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Puig tuvo un inicio de partido desigual y no tan ejecutante como en las pasadas victorias del torneo, viéndose incómoda con el potente servicio y los forehands en la misma línea de la alemana. Siendo la primera vez que ambas se enfrentaban, Puig Marchán no sabía de los aces que Witthoeft hacía… Hoy los conoció.
Aunque en el primer episodio lo que le costó a la boricua fueron los ocho errores no forzados que tuvo, en el segundo no fue solo algunos errores que tuvo.
Comenzó el set desganada y un poco frustrada, puesto que el último punto en el primer set fue un ace que el juez de línea había marcado fuera pero la jueza de cancha revocó la decisión. “Ví la bola en la línea”, le dijo la jueza a Puig Marchán, quien le estuvo reclamando por varias segundos su decisión.
En el segundo parcial, tras quedar atrás 1-4, Puig volvió a la carga para hacerle frente a Witthoeft pero no consiguió frenar la avanzada de siete aces que su oponente le impuso. Ante esto, y tras forzar a otros dos sets al empatar a cinco, Puig Marchán volvió a sufrir la fuerza de la ahora campeona y perdió también con un ace.
Este es el primer campeonato de la Women’s Tennis Association (WTA) en la carrera de la número 73 en el mundo.
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Para Puig Marchán, esta era la segunda final a la que llegaba y el subcampeonato es el segundo en su carrera.
Anteriormente, la Pica Power borincana había vencido a la exnúmero uno Angelique Kerber (6-3, 6-4) en la primer ronda, a Alison Van Uytvanck (6-2, 6-4) en la segunda, a Naomi Broady (6-0, 5-7, 6-1) en los cuartos de final y a Elise Mertens (6-2, 7-5) para meterse en la final europea.
Este era el último torneo de la puertorriqueña en la temporada actual.