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Lidespo Deportes: una liga de compromiso social con los estudiantes de escuelas públicas

Esta liga del sur de Puerto Rico estructuró un proyecto que junta a las comunidades para un desarrollo integral de los jóvenes

Lidespo Deportes

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La premisa de que la sociedad puede limar sus asperezas a través del deporte es la principal idea de la liga Lidespo Deportes, un torneo que se visualiza como un proyecto socioeducativo entre las comunidades del área sur de Puerto Rico y que trabaja con la juventud boricua.

Lidespo, fundada en el año 2000 surgió para darle una oportunidad de crecimiento al estudiantado del sistema público de enseñanza. “Queríamos presentarles una alternativa a nuestros jóvenes de las escuelas públicas y de nuestras comunidades donde el deporte, la educación y la cultura formaran parte de esa institución”, recordó Miguel Martínez, uno de los fundadores del torneo, en entrevista desde Ponce, pueblo donde nació Lidespo.

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Junto a Julio Martínez, el otro fundador, se presentó el proyecto a las comunidades, pero no fue bien recibido, pues hubo quien criticó la idea de tener itinerarios de juego fuera del horario escolar, debido a que para esos años la criminalidad era un fuerte disuasivo para las familias.

Pero, la idea no estaba en el aire, sino que se sustentba en experiencias previas. Lidespo tiene un reglamento que sigue las estipulaciones de otras experiencias positivas para las ligas menores como las de la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), Liga de Escuelas Católicas de Ponce, American Athletic Union (AAU), Federación Internacional de Baloncesto (FIBA) y hasta de las escuelas privadas.

Pero había algo que también afectaba al deporte y a los jóvenes: no había oportunidad real para el desarrollo integral del individuo en la sociedad. Pero, recuerda Martínez que se dijeron que esperando no se obtiene nada, sino buscando y creando; y así lo hicieron.

“Si tú quieres algo en la vida, tú no puedes estar pidiendo. Tienes que crear las alternativas”, afirma en la actualidad. A juicio de Martínez, para inicios del siglo XXI, el Departamento de Educación (DE) no tenía un buen programa escolar deportivo, y ese vacío fue el que Lidespo recuperó y explotó.

Ya para el 4 de febrero del 2000 todo comenzó en el Polideportivo Los Caobos en Ponce.

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La liga inició con cinco escuelas y seis equipos, pero actualmente cuenta con más de 300 jugadores y 24 equipos. Los conjuntos estudiantiles vienen de los pueblos de Adjuntas, Barranquitas, Coamo, Guayanilla, Jayuya, Juana Díaz, Peñuelas, Ponce, Santa Isabel y Villalba, según detalló Martínez.

“Nosotros pensamos en deporte escolar socioeducativo y de desarrollo integral para nuestros estudiantes. Que la base fuera cimentar los valores de la igualdad de oportunidades, respeto, trato digno, valores sociales de convivencia entre ellos mismos, sus comunidades y sus escuelas, y el sentido de lealtad por sus instituciones”, sostuvo el profesor retirado.

Uno de los elementos clave de la liga juvenil descansa sobre la idea de que no por jugar más el deportista tendrá un desarrollo mayor. Consideran que el desgaste que sufren los atletas es real y no se lo toman a broma.

El paso del huracán María por Puerto Rico también marcó a la liga. Martínez recuerda que comenzaron a jugar muy rápido después del paso del ciclón. Para ese momento, “la liga no era importante por competir, sino que era necesaria para proveerle un espacio de salud mental positiva a los jóvenes y sus comunidades”.

Michael Antonnetti, promesa cumplida

El joven Michael Antonnetti logró el premio de Jugador Más Valioso en las finales de la última campaña de Lidespo, cuando su equipo de la Escuela Josefa Vélez Bauzá de Peñuelas resultó ganador. Antonnetti sintió el apoyo de su comunidad, que al último juego llevó siete guaguas con sus vecinos, quienes los vieron ganar el campeonato frente a la Vocacional Bernardino Cordero Bernard de Ponce.

Fue difícil, pero lo lograron. “Hubo muchos comentarios de ’no voy para allá porque siempre ustedes están perdiendo’, pero bregamos con eso, nos acoplamos y le callamos la boca a mucha gente”, aseguró el adolescente de 18 años.

La gesta de Michael fue motivada por la promesa que le hizo a su fallecida bisabuela, Aurora María. Su deseo se cumplió: ganar el campeonato.

“Eso es lo más importante para mí […] Yo la amaba demasiado. Logré lo que quise y lo que ella quería”.

En Puerto Rico hay múltiples ligas infantiles y juveniles en diversas disciplinas deportivas. De muchas de esas ligas, salen los atletas que llevan los colores de la bandera puertorriqueña en competencias interncionales.

 

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