“Qué clase de carrera pa’ terminar”.
Con estas palabras el narrador hípico Norman H. Dávila finalizó su trayectoria deportiva que conlleva más de 50 años de experiencia. En esta última carrera compitieron nueve protancas importadas a 1,300 metros como parte del Clásico Internacional del Caribe. En una entrevista exclusiva publicada en la edición impresa del periódico Metro Puerto Rico, el reconocido narrador mencionó la importancia de esta edición del Clásico del Caribe en la Isla.
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“Es el evento más grande que podemos experimentar en la hípica puertorriqueña. Fuimos los primeros en ser sede del Clásico del Caribe en 1966. Estos clásicos internacionales tienen un sabor diferente. Uno no solo disfruta lo que es una gran competencia, sino que uno tiene una gran identificación con los caballos que lo representan y todo el cuerpo de trabajo”, destacó.
La pasión por los deportes nació en el corazón de Dávila desde muy joven. Para el 1971, Norman comenzó en la industria del hipismo al tiempo que también se interesaba por el béisbol. El también maestro de educación física, dirigió torneos de voleibol y baloncesto superior a lo largo de su carrera.
Dávila estrenó como narrador del deporte hípico para finales de la década de los 1960 cuando a su predecesor, Pito Rivera Monge, se mudó a la televisión “con una compañía de productores que encabezaba el difunto Luis Vigoreaux”, según relató en una entrevista con El Calce.
Para el periodista deportivo, el desafío era encontrar su propia voz dentro de la industria hípica.
“Lo fundamental era desarrollar mis propios términos hípicos. Pito tenía los suyos, palabras de la calle, como ’se fueron a la lucha’, ’la curva de las margaritas’, ’le paga’, ’lo talonea’, ’último recogiendo el fango’, términos que él utilizaba para pintar las carreras y que luego la gente utilizaba en la calle. Yo tenía que hacer algo distinto, que no se pareciera ni en terminología. Pito tendía a recrear el escenario y lo hacía dramático. Rivera Morales hacía exactamente lo mismo en el baloncesto. Así se captaba la imaginación del público”, agregó.
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De ahí surgió la frase célebre “y abren las compuertas y están en carrera”, con la que narró más de 70,000 carreras. Curiosamente, Dávila confesó en la entrevista con El Calce haber inventado “lo de las compuertas”.
“Traté de establecer mi vocabulario (…) Nuestros deportes principales vienen o de Inglaterra o Estados Unidos. Y en el hipismo nos habíamos quedado con toda la terminología en inglés: jockey, paddock, el starting gate y por ahí seguimos. Y en lugar de yo decir starting gate, decidí decir ‘arrancadero o aparato de dar salida’. En vez de decir post time, digo ‘hora de salida’. En lugar de paddock, digo ‘área de ensilladero’. Así hay otros términos distintos que han servido para formar una identidad que considero muy importante”, sostuvo.
Sin embargo, Norman se despide de la narración deportiva pero no del hipismo.
“Yo pienso dedicarme a otra faceta del hipismo al final de este año”, expresó al periódico Metro. “Ahora podré disfrutar de las carreras desde las gradas como fanático, como al principio de mi vida”.
Dávila también mencionó que una de las razones por las que decidió finalizar su trayectoria como narrador se debe a que busca brindarle un espacio a “personas más jóvenes” a pesar de que desea cuidar su salud.
“No quiero retirarme porque esté desmejorando demasiado o porque me retiren. Yo sé que uno no tiene la misma agilidad mental del pasado, pero siento que me voy a retirar haciendo unas narraciones aceptables. Además, hay unas personas más jóvenes de otras generaciones que han tenido que esperar muchos años y que finalmente están teniendo la oportunidad de narrar”, reconoció.