El yacimiento cuprífero subterráneo más grande del planeta, la mina El Teniente, que se explota industrialmente desde 1905 y es propiedad de la estatal Corporación Nacional del Cobre de Chile (Codelco), se prepara para prolongar su vida 50 años más.
Pero para lograrlo, necesita incorporar tecnología de punta e invertir 3,470 millones de dólares, una suma similar a la empleada en toda la historia de la mina, que aporta cerca del 25 por ciento de la producción de Codelco.
Pero el metal se está agotando y sólo cuenta con reservas hasta el 2025.
La mina, enclavada en el cerro El Teniente, cerca de Rancagua, a 80 kilómetros al sureste de Santiago, se localiza a unos 2.300 metros sobre el nivel del mar y se compone de más de tres kilómetros de galerías subterráneas.
El proyecto Nuevo Nivel Mina (NNM) permitirá ampliar la mina hacia un sector más profundo del cerro (cota 1.880 metros sobre el nivel del mar), sumando una nueva superficie de dos millones 50 mil metros cuadrados y asegurando la continuidad operacional de la División El Teniente.
Para que NNM opere desde 2017, se excavarán 98.450 metros de túneles y 3.454 metros de desarrollos verticales, como chimeneas de ventilación y piques de traspaso, galerías que permiten controlar el paso del mineral desde la producción al transporte.
El acceso se realizará por dos túneles paralelos de 9,4 kilómetros: uno para la entrada y salida de vehículos con trabajadores, y el otro para la correa transportadora de mineral y la pista de servicios.
El proyecto NNM suma 2.020 millones de toneladas de reservas, con una ley media de cobre de 0,86% y una ley media de molibdeno de 0,022%, que se traducen -en un período de más de 50 años de operación contados desde fines de 2017- en más de 17 millones de toneladas de cobre fino.
Nuevo Nivel Mina permitirá mantener la capacidad de El Teniente en las actuales 137.000 toneladas por día (T/D), que equivalen a una producción en régimen en torno a 434.000 toneladas de cobre fino al año. Y deja abierta la opción, hacia el año 2020, de tomar la decisión de iniciar las obras necesarias para poder llegar a producir 180.000 T/D.
Se trata de “un proyecto estructural dentro de la Corporación, que va junto a los que se están desarrollando en las divisiones Andina y Chuquicamata subterránea”, explicó la jefa de proceso de la planta de chancado de la mina Pipa Norte, Millaray Farías. “Esto nos permitirá tener vida por muchos años más, pues se estima que operará hasta el 2070”.
Según los historiadores, el yacimiento se explota desde épocas prehispánicas, y su primera transacción conocida data de 1822, cuando fue vendida con el nombre La Conquista.
Juan de Dios Correa de Saa y Martínez bautizó su nueva propiedad con su nombre actual, debido a que había sido teniente del ejército chileno y estuvo bajo las órdenes de Bernardo O’Higgins en la Batalla de Maipú, que selló la independencia de Chile.
En 1903, El Teniente pasa a manos del estadounidense William Braden y se inicia la industrialización del complejo minero.
Sewell, la ciudad minera creada para la explotación del mineral, comenzó a construirse en 1904, mientras la Braden Copper Company, con oficinas centrales en Nueva York, fue autorizada para operar el 29 de abril de 1905.
En 1971 se inició la Operación Valle, para el traslado de los habitantes de Sewell a Rancagua, pues el Estado no podía asumir los gastos del campamento, que quedó abandonado.
Sewell, en la actualidad propiedad de Codelco División El Teniente, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2006, por su “incalculable valor histórico y cultural para Chile y el mundo”.
El mineral comenzó con una planta de concentración gravitacional, con una capacidad de 250 T/D, que aumentó a 3.000 T/D en 1908. En 1940 llegó a 20 mil T/D.
En 1945 ocurrió una de las mayores tragedias mineras de la historia del yacimiento: 355 trabajadores de El Teniente fallecieron tras asfixiarse con monóxido de carbono, el 19 de junio de 1945, en el suceso recordado como “La Tragedia del Humo”.
En promedio, 6,5 muertes de mineros se han producido por año de funcionamiento, lo que pretende disminuirse dramáticamente en las próximas décadas.
El Estado de Chile, a través de la Corporación del Cobre (Codelco), adquirió en 1967 el 51 por ciento de las acciones de la Braden Copper Company, en el marco de la llamada “Chilenización del cobre”, iniciada por el gobierno demócrata de Eduardo Frei Montalva.
El proceso concluyó en 1971, con la “Nacionalización del cobre”, durante el gobierno izquierdista de Salvador Allende, donde el Estado expropió la totalidad de las acciones de la Sociedad Minera El Teniente.
En 1976, durante la dictadura militar, el mineral pasó a manos de Codelco.
La mina además produce molibdeno, ácido sulfúrico, plata y oro.
El cobre se cotiza a más de tres dólares la libra en la Bolsa de Metales de Londres. El año pasado, Codelco generó para el Estado 7,518 millones de dólares de ganancias, el tercer excedente más alto de su historia.