Agentes de la policía francesa detuvieron en el sur de Francia a un hombre sospechoso de haber participado en el robo millonario de joyas de la modelo estadunidense Kim Kardashian en París, reportaron hoy fuentes oficiales.
De acuerdo al diario regional Nice Matin, el individuo, cuya identidad no fue facilitada, fue detenido esta semana en un enclave de la Costa Azul, sur de Francia.
Fuentes policiales confirmaron este viernes el arresto en el marco de la investigación abierta por el robo de joyas de la modelo de 11 millones de dólares.
Un total de seis personas permanecen en situación de detención provisional desde principios del año pasado del total de diez que fueron detenidas el año pasado por haber participado presuntamente en el espectacular hurto.
El robo se produjo la noche del 2 al 3 de octubre de 2016 en una vivienda rentada por Kardashian en el centro de la capital francesa cuando la actriz se encontraba sin su guardaespaldas.
Un grupo de hombres armados irrumpió en su residencia y amenazó a la modelo con una pistola. La modelo, quien fue atada, denunció el robo al día siguiente.
Entre las joyas que le fueron robadas figuraba su anillo matrimonial con un gran diamante que le ofreció su marido, el famoso cantante de rap Kanye West.
En su huida, los ladrones, que según imágenes de cámaras de videovigilancia huyeron en bicicletas, dejaron varios restos de ADN y perdieron una joya con diamantes de la actriz que fue descubierta en la calle y entregada a la policía.
Así fue el asalto
Según el sitio TMZ en el momento de los hechos Kim Kardashian estaba acostada, únicamente con su bata puesta. De repente escuchó pasos en el departamento de dos pisos, ubicado en el lujoso distrito 8 de París.
Entonces vio a través de una puerta de cristal a un hombre con máscara y a otro con una gorra de policía, por lo que se dio cuenta que había algo raro y de inmediato trató de contactar a su guardaespaldas. En ese momento, Pascal Duvier estaba cuidando a sus hermanas: Kendall y Kourtney, en un centro nocturno de la ciudad.
Antes de que pudiera terminar de marcar el número, uno de los hombres le arrebató el teléfono y lo tiró. Le ataron las manos con unas esposas de plástico y cinta adhesiva. Luego un hombre la tomó de los tobillos y la puso en la bañera. Según el portal estadounidense, la socialité le dijo a los policías que creía que iba a ser violada y le gritaba a los ladrones que no la mataran porque tiene hijos y que tenía dinero y podían llevarse lo que quisieran.
La policía estima que el monto de lo robado haciende a más de 11 millones de dólares.
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