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Rosalía consagra su flamenco urbano en los Latin Grammy

Cuando su flamenco urbano resuene en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas este jueves, Rosalía estará celebrando una graduación con honores.

Cuando su flamenco urbano resuene en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas este jueves, Rosalía estará celebrando una graduación con honores como profesional de la música.

“Malamente”, el tema con el que opta a cinco Latin Grammy, no solo es el billete de la española de 25 años al estrellato. También forma parte de una detallada tesis con la que Rosalía Vila firma su grado en la Escuela Superior de Música de su Cataluña natal.

“Subirme al escenario con mi propio proyecto, para hacer la música que me gusta y de la que me siento tan orgullosa es ya un lujo para mí”, dijo la compositora, cantante y creadora a The Associated Press en una entrevista reciente, horas antes de despegar a Estados Unidos.

Su desembarco en Las Vegas ha sido planificado metódicamente, resultado de una obra de ingeniería discográfica y de mercadotecnia musical, y su meteórico ascenso tiene poco de fortuito.

Su segundo álbum de estudio, “El mal querer”, del que se desprende “Malamente”, condensa años de estudio del flamenco y horas incontables dentro y fuera del estudio de grabación investigando las raíces flamencas, la música vocal y mezclando también samples que van desde los ritmos del trap urbano a los sonidos africanos o espirituales para romper así las barreras de todo género.

“Buscaba un disco egocentrista, donde la voz estuviera en primer plano. Hay muchos ritmos que tienen inspiración flamenca, pero el flamenco es una referencia más entre muchas otras”, explicó Rosalía.

El resultado es un espectáculo que pone en valor su propio lenguaje musical, pero también a toda una generación de creadores de los que se ha sabido rodear, desde coreógrafas muy apegadas al asfalto a rompedores diseñadores de moda española pasando por artistas gráficos y visuales de vanguardia.

Pero se trata de eso y de mucho más. “El mal querer” es también un disco conceptual con un mensaje: el de la victoria, por encima de todo, de una mujer fuerte y en control de su destino, tal y como quedó patente durante la presentación del disco en el centro de Madrid a finales de octubre.

Ante los afortunados que lograron hacerse con una de las 11.000 entradas gratuitas, Rosalía irrumpió en la fría noche madrileña con la parafernalia propia de una diva, rodeada de bailarinas y una elaborada propuesta visual que incluyó una motocicleta quad cuyo motor rugía para acompañar la descarga de energía de la artista.

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Los 11 temas de “El mal querer” hilan una historia inspirada en la novela “Flamenca”, un romancero de autor anónimo del siglo XIII sobre una mujer a la que su marido encierra por celos. Pero, como la Rosalía que traspasa las nubes en la portada del disco, ese amor tóxico erige a la protagonista por encima de la humillación.

“Es un final que tenía muy claro”, explicó Rosalía esta semana desde su casa a las afueras de Barcelona. “Claramente hay una imagen de la mujer muy poderosa, una mujer que toma madurez, poder y fuerza”.

Esa reivindicación conecta a Rosalía con un público de todas las edades, pero sobre todo con una generación joven de casi 900.000 seguidores con la que entabla relación directa a través de Instagram.

“La forma en la que hago música y cómo me presento como mujer y como artista dentro de la industria, y las figuras que me inspiran, es una forma de reivindicación de muchas cosas que a mí me inquietan”, dijo la cantante.

En su anterior y primer disco, “Los ángeles”, Rosalía la cantaora se atrevía con la muerte, un tema que le atraía porque le hacía conectar con el cante flamenco y le permitía explorar el misterio del más allá.

También despuntaba en aquella obra esa estética que se ha hecho ya característica de Rosalía: los tenis blancos de plataforma, el ombligo al descubierto, las uñas repintadas, la ropa deportiva con tuneado glamoroso. Un estilo que es parte de la vida cotidiana del suburbio barcelonés donde Rosalía creció, en sus propias palabras, “amurallada por polígonos industriales” y “rodeada de coches y camiones”.

Aquel primer disco, fruncido junto al productor Raül Refree, catapultó a la todavía estudiante y la llevó por primera vez al escenario de los Latin Grammy el pasado año, aunque el premio a mejor nuevo artista acabó en manos del cantautor dominicano Vicente García.

Tras “Los ángeles”, dice la artista, “quería irme a un lado casi totalmente opuesto, porque me pasé año y medio cantando en una silla.”

Su frenesí creador ha fascinado desde entonces a figuras musicales como Alejandro Sanz y Juanes. Ha colaborado, entre otros muchos, con J Balvin, el astro colombiano del reggaetón que encabeza la lista nominados este año a los Latin Grammy. También ha recibido la bendición de la crítica musical en Europa y Estados Unidos. Y, entretanto, le ha dado tiempo de actuar en la película de Pedro Almodóvar “Dolor y gloria” (2019) y trabajar en una línea de moda lanzada esta semana en España.

El éxito habría sido inmanejable sin su hermana y su madre, dos pilares de su equipo que según dice ha ido creciendo a medida que lo hacían la fama y la carga de trabajo. Con ellas se aferra al control creativo.

“Soy muy perfeccionista”, dijo Rosalía. “A día de hoy estamos donde estamos porque se optó por trabajar a alto nivel de detalle. Y eso no va a cambiar.”

También ha tenido que esquivar más de una crítica. A quienes la acusan de apropiarse de una cultura flamenca asociada al mundo gitano y a Andalucía, en el sur de España, Rosalía se arma de respeto y responde que la música no tiene fronteras ni acentos, sobre todo cuando ella le ha dedicado toda una carrera universitaria.

“Intento ser lo más personal y auténtica con las referencias que tengo, que también pasan por estar conectada al mundo, no solo al flamenco”, responde la artista.

Fruto de esa fusión es “Malamente”, nominada al Latin Grammy en las categorías principales de canción y grabación del año, además de mejor fusión/interpretación urbana, mejor canción alternativa y mejor video musical versión corta por un clip que ya suma más de 31 millones de vistas en YouTube.

Pero su actuación del jueves será ante todo una oportunidad de oro de llegar a un público internacional porque, según Rosalía, “las letras al final acaban siendo una segunda capa de la música”.

“Para mí lo más natural es hacer música en español porque el flamenco ha sido por supuesto mi gran referencia”, dijo. “Pero creo que los acentos, al igual que el lenguaje, es un elemento más con el que se puede jugar a nivel musical. La música que estoy haciendo va más allá del idioma. No me cierro a nada”.

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