Este pasado 22 de febrero, Emme y Max, los hijos de Jennifer Lopez y Marc Anthony, alcanzaron sus 12 años, una fecha especial que la diva del Bronx, celebra y se enorgullece al poder mimar a sus mellizos.
Jennifer Lopez es una de las artistas más conocida en el mundo y su popularidad lo confirma ante sus millones de fans, pero la magia del escenario deja lugar sus más sensible fibras: su lado maternal, al recordar siempre que es una feliz mamá de dos ‘cocos’, como los llama por cariño.
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Emme Maribel Muñiz Lopez, nació solo 11 minutos antes que su hermano Maximilian David, en la ciudad de New York, hijos de dos grandes de la música latina, JLo y Marc Anthony, por lo que son los herederos de fortunas multimillonarias.
Con una fortuna estimada en más de 400 millones de dólares, Jennifer Lopez, posee todas las posibilidades de ofrecerle a sus hijos las excentricidades y lujos que ambos chicos comparten y disfrutan, tal como se evidencia en las redes sociales.
Las comodidades de los adolescentes van, desde profesores de canto, modistos que diseñan su guardaropas, personal de entrenamiento físico, guardaaespaldas, chóferes, todo un equipo dispuesto para complacer las necesidades de los hijos de la artista, quienes residen junto a su madre y su prometido, el ex grandes ligas, Alex Rodríguez, en una lujosa mansión ubicada en la zonas más exclusivas de Los Ángeles, en Bel Air.
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Los retoños de Jennifer Lopez y sus talentos
Para celebrar los 12 años de sus hijos, la cantante compartió una publicación en su cuenta de Instagram en la que le dedicó unas emotivas palabras: “Ya se que hoy cumplen doce años, pero siempre serán mis bebés. Feliz Cumpleaños para mis hermosos coquitos”, escribió Jlo en una vieja imagen en la que se ven los pequeños recién nacidos.
Emme es la más extrovertida, en comparación con su hermano. En el show de medio tiempo del Super Bowl, la pequeña dejó a todos boquiabiertos con un debut sorpresa que para muchos robó el show que su madre y la colombiana Shakira ofrecieron.
Su talento es una fiel herencia que desde ya le apasiona y disfruta junto a su madre, quien se ha convertido en su tutora en las clases de canto. Su voz ya deja ver que puede ser una futura estrella de la canción.
Max, más reservado, se ha visto menos involucrado en el mundo del espectáculo, aunque también sabe tocar varios instrumentos. Sus hobbies son los artefactos propios del área de la informática.