Parece que la escapada de Kim Kardashian y Kanye West a República Dominicana sirvió, quizás no para solucionar todas sus diferencias, pero sí al menos para posponer los planes de divorcio que el rapero aseguró tener en mente a través de Twitter.
En la actualidad, el matrimonio se encuentra en su rancho de Wyoming, desde donde él ha venido manejando su polémica campaña presidencial alejado de su familia, y allí han organizado el primero de los populares servicios religiosos del músico en meses.
La ceremonia se llevó a cabo al aire libre, como venía siendo habitual antes de que comenzara la actual pandemia del coronavirus, y todos los participantes -que iban vestidos de naranja butano- respetaron las medidas de distanciamiento social para minimizar el riesgo de contagios.
La propia Kim se encargó de ejercer de cámara y ha compartido varios videos en sus Stories de Instagram, donde también ha aprovechado para atajar cualquier posible polémica aclarando que no habían corrido riesgos innecesarios.
“Para cualquiera que se lo estuviera preguntando, el equipo de Kanye tomó todas las precauciones para garantizar la salud y la seguridad del coro, que es siempre su prioridad absoluta”, ha desvelado. “Se grabó hoy sin público. La música se publicará muy pronto para cualquiera que necesite algo que le levante el ánimo”, concluyó.
