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Fuerzas armadas se preparan para funeral del príncipe Felipe

Soldados, marinos y personal de la fuerza aérea de Reino Unido practicaban, pulían y hacían preparativos finales para el funeral del príncipe Felipe.

Soldados, marinos y personal de la fuerza aérea de Reino Unido practicaban, pulían y hacían preparativos finales el viernes para el funeral del príncipe Felipe: un servicio con honores marciales y a la vez un toque personal para honrar la vida de un patriarca que también fue uno de los cada vez menos numerosos veteranos de la Segunda Guerra Mundial.

Más de 700 miembros de las fuerzas armadas participarán en el funeral del sábado en el Castillo de Windsor, entre ellos bandas de guerra, cornetines de los Marines Reales y una guardia de honor con integrantes diversos de las fuerzas armadas.

Pero las restricciones por la pandemia de coronavirus significan que, en lugar de los 800 invitados incluidos originalmente en los planes del funeral para la muerte de Felipe, sólo habrá 30 invitados dentro de la Capilla de San Jorge, incluyendo a la reina Isabel II, viuda de Felipe, y sus cuatro hijos.

Felipe, quien murió el 9 de abril a los 99 años, estuvo muy involucrado en la planeación de su funeral, un evento que reflejará su servicio en la Armada real y su vínculo de toda la vida con las fuerzas armadas, así como su amor por las camionetas Land Rover. Felipe manejó varias versiones del vehículo por décadas, hasta que se vio obligado a entregar su licencia de conducir a los 97 años tras un choque. Su cuerpo será llevado a la capilla en una Land Rover Defender personalizada. La camioneta es de color verde militar y está abierta en la parte trasera para poder transportar un ataúd.

Felipe y los hijos de la reina, el príncipe Carlos, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo, irán en la procesión fúnebre al igual que sus nietos el príncipe Guillermo y el príncipe Enrique, aunque ellos no irán lado a lado. Los hermanos, cuya relación ha pasado por tensiones después de la decisión de Enrique de renunciar a sus deberes reales y mudarse a California, flanquearán a su primo Peter Phillips, el hijo de la princesa Ana.

El momento probablemente traerá a la memoria la imagen de Guillermo y Enrique, de entonces 15 y 12 años, caminando detrás del ataúd de la princesa Diana en 1997, acompañados por su abuelo Felipe.

Bandas de las fuerzas armadas interpretarán himnos y música clásica antes del funeral, que también estará precedido por un minuto de silencio nacional.

Dentro de la capilla gótica, el escenario de siglos de bodas y funerales reales, cornetines de los Marines Reales harán sonar “Action Stations”, una alarma que indica a los marinos prepararse para una batalla. Fue una solicitud personal de Felipe, quien pasó casi 14 años en la Armada real y rindió servicio en el Mediterráneo, el Océano Indico y el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.

El general Nick Carter, jefe de las fuerzas armadas británicas, dijo que la ceremonia “reflejará la precisión militar y sobre todo, creo que será una celebración de una vida bien vivida”.

“También mostrará, creo, lo mucho que las fuerzas armadas lo amaban y respetaban”, dijo Carter a la BBC. “El ejército siempre ha tenido un gran respeto por la gente que tiene sus valores y estándares y efectivamente han demostrado un gran coraje, y creo que eso, cuando revisamos su récord de guerra, ese sentido de coraje y lo que hizo es algo por lo que todos tenemos gran admiración”.

Junto con los hijos de Felipe y sus nietos, los 30 invitados del funeral incluyen a otros importantes miembros de la realeza y varios de sus parientes alemanes. Felipe nació siendo príncipe de Grecia y Dinamarca y, al igual que la reina, estuvo relacionado con múltiples familias reales europeas.

A los asistentes al funeral se les ha pedido usar mascarillas y mantener el distanciamiento social dentro de la capilla, además de no cantar cuando un coro de cuatro integrantes entone himnos en la ceremonia. La reina, quien pasó gran parte del año pasado en aislamiento con su esposo en el Castillo de Windsor, estará sentada sola.

La gente seguía el viernes llevando flores fuera del castillo, a 20 millas (32 kilómetros) al oeste de Londres, como lo ha hecho toda la semana a pesar de que las autoridades han pedido mantenerse alejados por el coronavirus.

Muchos dijeron que se sintieron motivados por su simpatía hacia la reina, quien perdió a su esposo luego de pasar 73 años juntos.

“Principalmente estamos aquí por la reina”, dijo Barbara Lee, quien fue con sus hijos y nietos. “Lo lamentamos mucho por ella, de la misma forma que lo haríamos por nuestras propias abuelas y madres. Es mucho tiempo el haber estado con alguien, toda una vida. Ella debe estar absolutamente devastada y seguramente todos ellos, porque al final de cuentas son una familia normal”.

En una excepción a las costumbres, los miembros de la familia real que han servido en las fuerzas armadas o tienen cargos militares ceremoniales llevarán ropa de civil al funeral.

La decisión, aprobada por la reina, significa que Enrique no correrá el riesgo de ser el único miembro de la familia real que no lleve uniforme. Enrique perdió sus títulos militares honorarios después de que renunció a sus deberes reales el año pasado. Como resultado, el protocolo sugería que Enrique, un veterano del ejército que estuvo en dos ocasiones en misiones en Afganistán, llevaría únicamente un traje con medallas en sus actividades reales.

La decisión también evita otra posible controversia después de que surgieran reportes de que el príncipe Andrés, el segundo hijo varón de la reina, sopesó usar un uniforme de almirante para el funeral de su padre. Andrés mantiene sus títulos militares, incluso a pesar de que ha sido retirado de las actividades reales por el escándalo por su amistad con el fallecido financiero Jeffrey Epstein, acusado de delitos sexuales.

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