Se besan en un yate frente a la costa de Saint-Tropez. Se abrazan en una caminata por los Hamptons. Se dan besos esquimales mientras comen sushi en Malibú.
Si las demostraciones públicas de afecto fueran un deporte olímpico, Jennifer Lopez y Ben Affleck serían campeones. Pero hay algo más que está generando interés por Bennifer: la vieja historia de amores que se reúnen después de mucho tiempo.
Estos famosos reavivaron las llamas de su amor 17 años después de haberse separado en 2004. Es un camino conocido para innumerables parejas que se han reunido tras años de distancia.
Los dos astros han dicho que la intensa presión de los tabloides fue un factor cuando cancelaron su compromiso. En 2016, López dijo a la revista People: “Creo que en un momento diferente… ¿quién sabe qué podría haber pasado? Pero había un amor genuino ahí”.
Si bien los tabloides no son un problema para la gente común que se ha reunido, la parte del amor genuino es universal sin importar lo que se haya interpuesto la primera vez.
“Ella nunca dejó mis pensamientos. Había algo en ella, algo en su alma, su espíritu, que sentí que me atraía incluso a medida que me hacía más viejo”, dijo Matt Escobar Sr., de 43 años, sobre su esposa Jessica.
La pareja de Merced, California — él director de un programa en un centro para jóvenes, ella una enfermera— se conoció en el octavo grado cuando Escobar fue enviado a vivir con un tío a las afueras de Seattle para escapar de su problemática juventud en Nueva York.
Se dieron su primer beso ese año en una caminata por el bosque, pero el mal comportamiento de Escobar continuó, e incluso fue arrestado por robo y asalto. Fue expulsado y enviado de vuelta al este del país, donde terminó en un centro de detención.
Los problemas continuaron; incluso pasó una temporada viviendo en la calle. Ambos perdieron contacto por 15 años hasta que Escobar la rastreó en Classmates.com en 2006. Mientras tanto hubo matrimonios, hijos, mudanzas y empleos, pero Jessica tampoco lo olvidó.
Su mejor amiga de toda la vida “siempre decía que nadie podría estar a la altura de Matt. A pesar de que tenía problemas, siempre fue muy, muy respetuoso y divertido, muy cálido y amable, y no lo que la gente pudiera imaginar de un niño que se metió en problemas”, dijo.
En 2013 se casaron y en conjunto tienen seis hijos.
“Fue una gran bendición tenerla de vuelta en mi vida después de todas las dificultades por las que había pasado”, dijo Escobar.
Meg Calkins, una profesora universitaria de 56 años en Raleigh, Carolina del Norte, y Steve Badger, un abogado de la misma edad, se hicieron buenos amigos en el 5to grado en Indianápolis. Así se mantuvieron en el bachillerato, pero se hicieron novios en su primer año de universidad, aunque no duró mucho.
“Yo di el primer paso”, dijo Calkins riendo. “Le dije, ‘creo que estoy enamorada de ti’. Siempre hemos tenido una conexión porque nos encanta conversar y entendemos el humor del otro”.
Tras unos meses, los dos se embarcaron en cursos de verano en el extranjero. Entonces Calkins conoció a alguien más. Tenía 20 años y se casó a los 23.
Así terminó la primera parte de la historia con Badger.
Cinco años después, el matrimonio de Calkins terminó en divorcio. Su segundo matrimonio también terminó, 20 años más tarde. Badger se casó mientras estudiaba derecho. Esa unión duró 29 años antes de que se divorciara.
Por 30 años, Calkins y Badger se vieron una sola vez, en la reunión de 20 años de su generación de bachillerato.
“Él no me habló”, recordó ella.
“No, no fui muy amable”, agregó Badger.
Ambos estaban solteros en 2019. “Facebook siempre me decía, ‘deberías ser amiga de Steve Badger’, pero nunca me hice su amiga porque pensaba que él estaba muy enojado conmigo por nuestra incómoda ruptura”, dijo Calkins.
Pero él no estaba molesto. Lo superó. Él mismo fue quien se puso en contacto con ella en Facebook después de que se divorció. Conversaron en internet y entonces Badger condujo 160 kilómetros (100 millas) para almorzar con Calkins en Louisville, Kentucky, donde la hija de ella jugaba un torneo de voleibol.
“Me quedé viendo a Steve y sus ojos eran exactamente los mismos que cuando tenía 20 años”, dijo Calkins. “Hay una dulzura y un intelecto que irradiaran de sus ojos. Una de las cosas que realmente me encantan de él es que es la persona más inteligente que conozco. Y también la más amable”.
Los dos se mudaron juntos hace tres semanas luego de tener una relación a larga distancia debido a la pandemia.
“Realmente no me encanta la persona que era a los 21 años y tampoco me encanta la persona que era en bachillerato”, dijo Calkins. “Pero me gusta la persona que soy ahora y creo que realmente eso es algo muy importante que considerar cuando se reaviva una relación”.
La psicóloga clínica Carla Marie Manly, autora del libro sobre relaciones de pareja “Date Smart: Transform Your Relationships & Love Fearlessly”, estuvo de acuerdo.
“Las relaciones que son renovadas después de muchos años realmente pueden florecer bajo ciertas circunstancias, en especial si ambos integrantes son emocionalmente inteligentes y autoconscientes”, dijo. “Si los miembros de la pareja están realmente conectados y bien emparejados, pero descubrieron que los problemas de la vida se interponían en el camino, una reconexión en la vida posterior puede ser placentera y profundamente gratificante”.
Manly ha visto un incremento en los reemparejamientos en la era digital con la facilidad de las búsquedas en internet y las redes sociales. Pero no siempre tienen buenos resultados.
“A veces las exparejas tienen demasiadas esperanzas y hacen mucho esfuerzo para resucitar una relación que nunca estuvo destinada a ser”, dijo.
Tammy Shaklee, fundadora de una empresa para buscar pareja LGBTQ en Austin, Texas, advirtió que las razones de una ruptura pueden seguir existiendo años después. Ciertas características no cambian drásticamente, dijo.
“Introvertidos contra extrovertidos es un buen ejemplo. Las personas que regresan a una vieja relación y piensan que esas características serán diferentes esta vez, probablemente terminen de regreso donde estaban la última vez”, dijo Shaklee.
Sin embargo, el proceso de maduración puede llevar a un final feliz después de un largo camino.
Page Jordan, en Dallas, era una pasante de 19 años en una firma de bienes raíces y Jake Jordan, de 25, ya trabajaba cuando comenzaron a salir mientras ella todavía estudiaba en la universidad. Jordan se graduó y terminaron su relación después de tres años juntos.
“Ella acababa de salir de la escuela y yo comencé a plantear una relación más seria. Creo que eso la asustó un poco”, dijo Jake.
Page agregó: “Sí, en ese momento no estaba en un punto en el que quería sentar cabeza. Acababa de aceptar mi primer trabajo y era independiente por primera vez y quería disfrutar eso. Y él había empezado su propia compañía y estaba muy estresado y no manejaba el estrés con mucha paciencia, por así decirlo”.
Se reencontraron en 2019 y se casaron el 27 de marzo de este año. ¿Cómo maneja Jake el estrés ahora, a los 40 años?
“Mucho mejor”, dijo Page. “Es mucho más paciente, y creo que yo soy mejor para lidiar con eso y estar consciente y ser respetuosa cuando tiene muchas cosas encima”.
Jake encuentra algo igualmente importante: “Todavía nos preocupamos inmensamente el uno por el otro”.