El 11 de septiembre de 2001 marcó la historia del mundo. Más de tres mil personas murieron en los ataques con aviones a las Torres Gemelas del World Trace Center de Nueva York; además de uno en el Pentágono y otro más con rumbo hacia Washington D.C.
Las imágenes de los aviones estrellándose en las Torres Gemelas quedaron impregnadas en la memoria colectiva de manera vívida. Al grado que muchas personas recuerdan exactamente lo que estaban haciendo en ese momento. ¿Por qué?
La respuesta está en la hipótesis de que los seres humanos tenemos una “memoria de flash”, la cual capta los recuerdos con tal claridad; como si se tratara de una fotografía.
Con este tipo de memoria, el ser humano recuerda seis características: lugar donde estaba, actividad en curso; quién fue el informante, el efecto propio (lo que sintió), otro efecto (lo que otras personas sintieron) y las consecuencias.
La idea fue propuesta inicialmente por los investigadores Roger Brown y James Kulik, de acuerdo a la Asociación Psicológica de Estados Unidos. Uno de los primeros eventos que determinó su estudio fue el asesinato de John F. Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
Según la hipótesis, entre las principales determinantes para que exista la “memoria de flash” son: un alto nivel de sorpresa, alto nivel de consecuencialidad y agitación emocional. Otros eventos similares que han servido para su estudio son: la muerte de la princesa Diana de Gales y la explosión del transbordador Challenger.
Una teoría debatida
Aún no hay un consenso en la comunidad científica sobre la “memoria de flash”. Un estudio realizado por John NeilBohannon III, investigador del Departamento de Psicología del Instituto Politécnico de Virginia, Estados Unidos, concluyó que este tipo de recuerdos son distintos a las noticias reales; esto, porque la emoción interactúa con el tiempo. Además, se necesitan más noticias similares para mantener los recuerdos exactos a largo plazo.
Además de los dos aviones que impactaron contra las Torres Gemelas, el 11 de septiembre una tercera aeronave se estrelló a contra una de las fachadas del Pentágono. Este hecho provocó la muerte de 125 personas dentro del edificio y a las 64 que iban a bordo.
Una cuarta aeronave cayó en Shanksville, Pensilvania; después de que los pasajeros forcejearan con los terroristas para intentar retomar el control del avión.