El 2 de junio científicos de la NASA detectaron a 2018 LA, un asteroide de dos metros con curso directo hacia la Tierra, pero lo que no esperaban era que a pocas horas de haberlo divisado, el cuerpo espacial hiciera ingreso a la atmósfera como una bola de fuego.
Los descubridores fueron los científicos del proyecto Catalina Sky Survey en Arizona (EE.UU.), quienes advirtieron que el asteroide estaba tan lejos como la órbita de la Luna.
De acuerdo con los especialistas, la falta de datos de seguimiento impidió predecir con exactitud su caída en la Tierra, aunque se había calculado una franja de posibles ubicaciones desde el sur de África hasta Nueva Guinea.
El asteroide fue reportado sobre el territorio africano, cerca de Botsuana, a una velocidad de 17 kilómetros por segundo, y se desintegró en la atmósfera provocando una bola de fuego brillante que iluminó el cielo.
El impresionante evento fue presenciado por varios observadores y por algunas cámaras de seguridad, las que permitieron obtener un registro del momento en que el cuerpo espacial se desintegra.
Cabe mencionar que el asteroide se convirtió en el tercer objeto cercano a la Tierra que se descubre antes de que colisionara.
A ello se suma que es la segunda vez se ha podido predecir que un cuerpo celeste caería en el planeta mucho antes de que se produjera el evento en sí, explica Paul Chodas, directivo del Centro de Estudios de Objetos Próximos a la Tierra.