Por: Lilly Rivera
periodista y especialista en Educación para la Salud Pública
@gohealthylilly (Twitter)
Creadora del medio digital especializado en periodismo en salud, Go! Healthy PR
Fue difícil alimentarse bien después del huracán María, pues dejó la isla sin agua potable ni servicio de energía eléctrica por largo tiempo, sin hogares, sin establecimientos comerciales disponibles para abastecernos nuevamente; con la comida donada varada y dañándose en los muelles, y las cosechas del país perdidas.
La prioridad en María fue atender el hambre y después, la salud. La dieta insana tuvo repercusiones para las personas con enfermedades preexistentes y aumentó la probabilidad de desarrollar problemas de salud en los demás.
El estudio de la Universidad George Washington plasmó en papel lo que los puertorriqueños ya sabían: que la ayuda federal de alimentos tenía exceso de azúcar, sodio y poco o ningún valor nutricional. En fin, una porquería.
Al aviso del huracán, la gente despavorida arrasa en los supermercados y se llevan las latas de salchichas, jamonilla, padrinos de refrescos, chips, galletitas saladas, queso embotellado o galletas dulces rellenas con crema. Productos no perecederos, con un pequeño detalle: “no te nutren”, tienen alto contenido de sodio, exceso de grasas y de azúcar añadida. Un coctel insalubre para cualquiera, y tú lo compraste.
He dado recomendaciones antes y después del huracán para ayudar a proteger la salud. Por ejemplo, en vez de ingerir bebidas azucaradas, tomar agua. En vez de comer salchichas o jamonilla optar por sardinas, atún o pollo en lata. Preferir semillas, frutas secas, granola o quinoa. Elegir vegetales enlatados o granos; como habichuelas, habas, o lentejas. Claro que alguno de estos alimentos contiene mucho sodio, pero te alimentan y puedes enjuagarlos con agua antes de ingerirlos. Ahora bien, los alimentos que reparta el Gobierno deberían cumplir con las pautas alimentarias de los Estados Unidos.
Si a una persona con insuficiencia renal, hipertensión o diabetes le interrumpes su dieta especial, le descontrolas la enfermedad, se la complicas y pones en riesgo su vida. Hay que tomar conciencia de las medidas protectoras de salud a nivel individual y gubernamental. Puerto Rico tiene alta prevalencia de diabetes Tipo 2 y enfermedades cardiovasculares y estas enfermedades son las principales causas de muerte en la isla. Se cae de la mata evitar dietas insanas con y sin huracán. Pero cuando hay una emergencia nacional, todos estamos obligados a proteger la vida. Incluyo al Gobierno, pues lo que le de comer a la gente en la emergencia, debe ser para ganar salud, no para minarla.