Cuando piensas en la felicidad, hay varias cosas que pueden venir a la mente. Desde la sonrisa que te provoca ver a la persona que te gusta hasta la risa incontrolable que aparece cuando recuerdas algo gracioso en tu día. tPero cuando te cuestionas si realmente eres feliz, puedes darte cuenta de que las cosas que solo estás teniendo chispazos de alegría y satisfacción. ¿Por qué no puede ser algo constante?
Nuestra mente influye mucho en nuestro nivel de felicidad y muchas veces no nos damos cuenta de que nuestra forma de pensar nos está llevando a un laberinto de oscuridad sin salida. Suena dramático pero es verdad. No dejes que tus hábitos maten tu felicidad, aquí te dejamos algunos para que lo reconsideres.
Discutir sobre cosas sin sentido
¿Cuántas veces has cambiado de opinión cuando no querías sólo porque alguien dijo que estabas equivocada? Acéptalo, algunas veces puedes ser demasiado obstinada y te desgastas buscando cómo tener la razón en todo. Acepta que no siempre es así, que otros tienen su propia opinión y que es tan válida como la tuya. Piensa si realmente vale la pena discutir sobre ello.
Darle demasiada importancia a lo que otros piensan
Es fácil sentirnos abrumadas por lo que otros piensan de nosotras pero no hay por qué dejar que sea así. La opinión de otros no tiene por qué definirte. Hay una diferencia entre escuchar lo que otros dicen para que hagas un cambio para bien y entre dejar que los demás gobiernen tu vida. Tomar todo lo que alguien dice de ti tan en serio es destructivo.
Tratando de controlar todo.
No está en ti controlar todo lo que pasa. Si tratas de hacerlo, rápidamente te frustrarás y te enojarás. En cambio, recuerda que lo único que puede controlar de manera confiable es tu propia reacción a las cosas que suceden a tu alrededor y dentro de ti. Tener dominio de ti misma es una fuente de felicidad mucho más confiable que tratar de controlar todo lo que te rodea.
Querer ser algo que no eres.
¿Por qué tanta gente quiere ser algo que no es? Tienes tus propios dones y talentos como para querer ser alguien más. No te compares con nadie. Mírate en el espejo y mira quién eres, y construye sobre esa base.
Vivir en el pasado o en el futuro.
No vivas del pasado, concéntrate en el futuro y actúa en tu presente. El truco es permanecer en el presente el tiempo suficiente para descubrir realmente lo que te hace feliz. ¿Qué recuerdos puedes crear hoy? ¿Qué opciones puedes hacer para comenzar a crear felicidad?
Quejas constantes.
Quejarte de todo lo que pasa en tu vida es auto destructivo. Cuando lo haces seguido, se convierte en un hábito tóxico que evita tu felicidad. Eres más afortunada de lo que crees. No tomes las necesidades de la vida por sentado. Sé agradecida por todas las bendiciones que tienes: comida, salud, relaciones, tu mente, tu corazón. Cuando te encuentres quejándote, tómate un momento para mirar a tu alrededor con gratitud.
Posponiendo tus metas.
Posponer sólo te impedirá alcanzar tus objetivos. Todos tenemos que saltar obstáculos pero es peor cuando tú misma te los pones. No tienes que apresurar las cosas, ve a paso lento pero seguro y no te desanimes. El esfuerzo constante es la clave.
Auto-sabotaje.
Debes detener cualquier pensamiento que interrumpa tu crecimiento, tu éxito o tu felicidad Encuentra eso que te tiene estancada y luego sigue el camino que te hará para salir de él. Desarrolla patrones que apoyen tus metas más altas.
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