La obstrucción en las arterias provoca problemas en el corazón y el cerebro, pero no se limita a esos órganos, ya que una dificultad similar se puede desarrollar en las extremidades y provocar la enfermedad periferal arterial (PAD, siglas en inglés).
Se trata de un padecimiento que ocurre cuando se depositan grasa y placas de colesterol en las arterias de las extremidades, lo cual se desarrolla principalmente en las piernas.
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“Esto lleva a problemas circulatorios y hay gente que puede desarrollar complicaciones por la falta de circulación, como dolor al caminar, lo que se llama claudicación intermitente, o úlceras que no sanan y hasta amputaciones”, informó a Metro el cardiólogo Manuel Guzmán, al ofrecer detalles de una clínica de cernimiento gratuita, para identificar pacientes que puedan tener la enfermedad, que se llevará a cabo el jueves desde las 8:30 a. m. en el vestíbulo del Centro Cardiovascular.
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Aunque dijo que ha sido difícil la recopilación de estadísticas de la enfermedad, en el caso de las amputaciones, señaló que hace unos años se estimó en más de dos mil amputaciones cada año, de las cuales la gran mayoría son de pacientes con diabetes. Dijo que están en proceso de recopilar cifras sobre el padecimiento en Puerto Rico. No obstante, sostuvo que “se ha ido creando conciencia y, tal vez, por eso, se están refiriendo más pacientes para evaluarse en clínicas especializadas cardiovasculares como el Centro Cardiovascular, pero todavía queda mucho por hacer”.
El médico explicó que la PAD tiene factores de riesgo similares a los de las enfermedades del corazón, ya que se da el mismo proceso de arteriosclerosis que ocurre en las arterias del corazón y en el cerebro, pero “a nivel de las arterias de extremidades”. Entre ellos están diabetes, colesterol LBL elevado, hipertensión, fumar, obesidad, historial familiar y edad.
Mientras, los síntomas principales son la claudicación intermitente, es decir, al caminar siente un entumecimiento o dolor en las piernas ocasionado por la falta de circulación. También puede sentir la pierna con sensación de frío o entumecimiento, úlceras que no sanan, cambios en el color de las extremidades, pérdida de bellos en las piernas y brillo en la piel.
