Bailar es divertido y emocionante y para muchas personas y una forma de sanar las heridas del corazón. Quienes no pueden evitar mover sus pies cada vez que suena la música, saben que es el mejor calmante para el estrés y un escape de la rutina.
Especialmente la salsa (o los ritmos latinos) tiene un poder especial sobre el cuerpo y la mente. Nadie puede negar que es una gran dosis de energía y de felicidad. Por ello, quienes aman bailarla, se vuelven personas emocionalmente fuertes.
Los sonidos tan alegres que emanan de este estilo generan una conexión especial entre tu mente y tu cuerpo. Es esa misma conexión la que te hace percibir la vida de forma diferente a los demás. Sabes que se siente bien y que en cuanto comienzas a moverte, los problemas y las penas, desaparecen.
La salsa es buena para el corazón. Es una excelente manera de ponerte en forma, ya sea que lo hagas en grupo, en pareja o sola cuando tienes ganas de escapar del mundo. Cuando mueves las caderas y tus pies fluyen con la música, quemas calorías, te diviertes y sobretodo, sanas las penas.
La salsa es una excelente manera de conocer gente, lo cual sin duda alimenta tu espíritu y te convierte en una persona emocionalmente fuerte lista para enfrentar el mundo. La salsa, a diferencia de muchas otras formas de baile es ante todo una actividad social por eso, te ayuda a desarrollar confianza y a desenvolverte sin miedo pero sobretodo, te enseña la importancia de ser tú misma.
La salsa te hace sentir sexy y eso hace que proyectes un brillo especial. Cuando bailas al ritmo de los tambores y trompetas, aprendes a expresar tu lado sensual sin pensar en lo que otros opinan o cómo te ven; porque entiendes que no hay nada más importante que lo que estás sintiendo con el corazón.
Cuando bailas, el dolor desaparece y la buena energía comienza a fluir por todo tu ser. Es una fuente de libertad, felicidad y calma, un sentimiento de que “todo va a estar bien”. ¡Da igual cómo lo hagas! Lo importante es dejarte llevar, disfrutar y vivir el momento. Es ahí donde te conviertes en una persona emocionalmente fuerte.