Mientras cundía el pánico por la irrupción del coronavirus y la gente agotaba las existencias de papel higiénico y comestibles imperecederos a principios del 2020, los empleados de las tiendas de comestibles y supermercados fueron considerados entre los más indispensables en Estados Unidos.
Un año después, esos trabajadores siguen esperando la vacuna contra el COVID-19.
Una distribución de la vacuna descentralizada hace que cada estado —y a veces cada condado— tenga políticas propias y que resulte complicado hacer que abarquen a trabajadores que están en contacto con cientos de personas a diario.
“Aparentemente no somos trabajadores de la primera línea en lo que respecta a las vacunas. Es estremecedor”, declaró Dawn Hand, quien trabaja en un supermercado Kroger en Houston, donde tres de sus compañeros estaban contagiados del virus la semana pasada, según dijo. Ella ve cómo otros son vacunados en la farmacia del supermercado, sin saber cuándo le llegará su turno.
Texas es uno de varios estados que no incluyeron a numerosos trabajadores esenciales, entre ellos los empleados de tiendas de comestibles y supermercados, en la segunda fase de vacunaciones, dando prioridad a los mayores de 65 años y a las personas con condiciones médicas crónicas.
Numerosos epidemiólogos dicen que hay que enfocarse en los ancianos. El 80% de las personas fallecidas por el coronavirus en Estados Unidos son mayores de 65 años, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades.
“Nuestro principal objetivo con las vacunas debería ser reducir la cantidad de muertes y hospitalizaciones”, manifestó William Moss, director ejecutivo del Centro de Vacunas Internacionales de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins. “Para conseguirlo, hay que empezar a vacunar a quienes corren más riesgos”.
Los empleados de supermercados y tiendas de comestibles, no obstante, vieron descorazonados cómo los están haciendo a un lado en la campaña de vacunaciones a pesar de que se había dicho que serían vacunados en la segunda fase.
Incluso cuando se les da prioridad, deben esperar mucho. En el estado de Nueva York se dispuso su vacunación en enero, pero la escasez de vacunas hace que resulte difícil conseguir turno, especialmente cuando esos trabajadores no tienen empresas grandes o sindicatos que los apoyen.
Edward Lara tuvo que cerrar su bodega en el Bronx, en la ciudad de Nueva York, durante 40 días porque él y sus empleados se contagiaron del virus a mediados del año pasado. Trató por semanas de conseguir turno para ser vacunado, hasta que descubrió que podía apuntarse a través de una red para trabajadores del campo de la salud que le notificará cuando hay turnos.
El suegro de Lara falleció por el coronavirus en marzo del año pasado, su suegra en noviembre. La semana pasada murió un amigo que manejaba el seguro de su bodega. Y un primo que vive en Nueva Jersey se contagió por segunda vez, lo que aumentó su temor de ser infectado.
“No se hace nada. Cruzo los dedos y espero que Dios me proteja”, expresó Lara luego de apuntarse en la lista de espera.
Solo 13 estados permiten que los trabajadores de supermercados y tiendas de comestibles se apunten para ser vacunados, de acuerdo con el sindicato que los representa, el United Food and Commercial Workers.
Algunos estados todavía están en la primera fase de vacunaciones, que da prioridad a los trabajadores del campo de la salud y los residentes en geriátricos. Muchos dividieron la segunda fase en distintas etapas, relegando a los trabajadores de tiendas de comestibles para priorizar a los mayores de 65 años, maestros y el personal que lidia con pacientes de COVID. Once estados no han despejado el camino para la vacunación de estos trabajadores, según una investigación de United 4 Respect, una agrupación que defiende los intereses de los empleados de Walmart, Amazon y otras tiendas grandes.
Jon Croft, ejecutivo de MOM’s Organic Market, una cadena de 21 supermercados, dijo que inicialmente la empresa pensó que sus 1.500 empleados serían vacunados a fines de enero. Ahora calculan que tal vez los vacunen en marzo o abril. La firma por ahora pudo pedir turnos solo para dos de sus locales en Maryland y otros dos en Virginia.
“Los políticos y departamentos de salud han estado encomiando a los trabajadores de tiendas comestibles, pero ahora no dicen nada”, expresó.