Y él, titubió…. ¡Horror!, diría un purista. “Que no es titubió que es titubeó”. ¿Le suena raro? Confiéselo, suena rarísimo. Hummm….. Fíjese que usted TITUBEA, y no TITUBIA. ¿Cierto? Pero, en pasado, usted dice titubió, y no titubeó. Y no lo niegue.
Estamos ante un enigma. En algún bocadillo anterior dijimos que el español ODIA los hiatos, y los convierte en adorables diptongos. De ahí que digamos pasiar, por ejemplo. Pero ¿por qué en algunos sí y en otros no? No rompemos los hiatos en caoba, ni en Lisboa, por ejemplo (y si lo hacemos, es casi imperceptible). No se escucha cauba ni Lisbua. El Panhispánico dice que en lengua oral la secuencia de dos vocales abiertas ( a, e, o) pueden pronunciarse como diptongo, especialmente si ninguna de ellas lleva la fuerza de pronunciación.
Mire, si usted titubió en algún momento, no se preocupe; absolutamente todos vacilamos en la pronunciación de las palabras, e incluso en su selección. También rompemos sin piedad ese hiato tan difícil de pronunciar (son dos sílabas en vez de una) y lo convertimos en un guapísimo diptongo.
En fin, que titubiamos en lengua oral porque a esa no podemos dar delete, en lengua escrita son otros 20 chavos. Mi queridísimo Metro Lector, dígame: ¿lo dejé titu-bian-do o titu-be-an-do? ¡Hasta el próximo Metro Jueves, sin titubeos!