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Un embarazo ectópico, en el que el bebé crece fuera del útero, puede traer complicaciones para la madre, y en compañía de médicos, este tiene que llegar a buen término. Pero esto no le pasó a Jyoti Kumar, que por miedo a operarse, dejó crecer un bebé en su vientre, que le extrajeron 38 años después.
Estaba completamente calcificado. De hecho, era un esqueleto.
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Jyoti quedó embarazada a los 24, en 1978, informó el Daily Mail. Los médicos le advirtieron que el niño no sobreviviría, ya que crecía fuera de su útero. No quiso hacerse la operación, y solo se trató el dolor en una pequeña clínica (nunca se sacó el bebé). Luego, dio por zanjado el asunto.
Tres décadas y ocho años después, la mujer, ya de 62 años, comenzó a experimentar un fuerte dolor de estómago. Un equipo de cirujanos encontró, a través de una resonancia magnética, que tenía el esqueleto de su hijo y que tenía que retirar los huesos de su bebé. Kumar creía que tenía cáncer, ya que también tenía problemas urinarios y fiebre.
El de Kumar no ha sido el único caso: una mujer belga vivió algo similar por 18 años. En el caso de esta mujer de la India central, encontraron a su hijo entre el útero, los intestinos y la vejiga. Los doctores explicaron que el líquido amniótico que protegía al feto pudo haber sido absorbido y los tejidos blandos licuados con el paso del tiempo, por lo que quedó solo un saco de huesos.
