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Chocan manifestantes y policía durante investidura de Trump

WASHINGTON (AP) — Los manifestantes mostraron su ira hacia el nuevo presidente el viernes en una caótica confrontación con policías que usaron aerosol de pimienta y granadas aturdidoras en una melé registrada a sólo cuadras de distancia del desfile por la investidura de Donald Trump. Al menos 217 personas fueron arrestadas por causar disturbios y un vehículo fue quemado.

Diversas manifestaciones se desarrollaron pacíficamente en varios puntos de control de seguridad cerca del Capitolio, mientras la policía ayudaba a quienes poseían entradas a acceder a la ceremonia inaugural. Entre varias pancartas podía leerse “Que la libertad sea para todos” y “Liberen a Palestina”.

Pero como a un kilómetro y medio de distancia de la Explanada Nacional, la policía persiguió a un grupo de unos 100 manifestantes que destrozaron las ventanas de negocios en el centro de Washington, incluyendo locales de Starbucks, Bank of America y McDonald’s, mientras denunciaban al capitalismo y a Trump.

Policías con equipo antimotines usaron aerosol de pimienta y eventualmente controlaron los actos violentos, que estallaron periódicamente durante la jornada.

“Empezaron a destruir propiedad privada, a arrojar objetos a la gente y a través de las ventanas. Un gran porcentaje de este pequeño grupo estaba armado con barretas y martillos”, indicó el jefe interino de la policía de la ciudad, Peter Newsham.

Seis agentes sufrieron heridas leves, añadió.

Los incidentes comenzaron aproximadamente una hora antes de que jurara Trump en el Capitolio y crecieron varias horas después, cuando la multitud de manifestantes aumentó a más de un millar, algunos usando máscaras antigás y con los brazos encadenados debajo de tubos de PVC. Uno dijo que los manifestantes “llevaron a la caballería”.

Cuando algunos cruzaron las filas de la policía, gritando “derriben a los cerdos”, los agentes arremetieron con bastones, gas de pimienta y granadas aturdidoras, que son usadas para dispersar multitudes. Los fuertes estallidos retumbaban en las calles, a seis cuadras de distancia del lugar por donde pasaría el desfile por la investidura de Trump.

Algunos manifestantes tomaron ladrillos y pedazos de concreto de las aceras y los lanzaron contra las filas policiales. Otros arrojaron grandes contenedores metálicos de basura a los oficiales.

La limusina fue atacada en el perímetro de la zona protegida. Mientras Trump y su desfile de celebrantes avanzaban por la Avenida Pennsylvania, el vehículo ardía en llamas, arrojando nubes negras.

Antes de la ceremonia, la coalición DisruptJ20, que tomó su nombre de la fecha de la investidura, había prometido que intentaría bloquear las celebraciones arriesgándose al arresto si fuera necesario.

El simpatizante de Trump, Brett Ecker, dijo que la acción de los manifestantes no iba a arruinarle el día.

“Sólo están aquí para causar problemas”, dijo el profesor de escuela pública de 36 años. “Me molesta un poco que la gente elija hacer esto, pero una vez más es una de las cosas que me encanta de este país”.

En un puesto de control, los manifestantes llevaban monos de color naranja con capuchas negras sobre la cara para representar a los prisioneros de la cárcel estadounidense en la Bahía de Guantánamo. Eleanor Goldfield, que ayudó a organizar la protesta de Disrupt J20, dijo que los manifestantes querían mostrar a Trump y a sus “equivocados, mal informados o simplemente peligrosos” partidarios que no se quedarán en silencio.

El movimiento Black Lives Matter y grupos feministas también hicieron oír su voz.

Afuera del Museo Internacional del Espionaje manifestantes con sombreros rusos ridiculizaron las alabanzas de Trump al presidente Vladimir Putin y marcharon con carteles en los que se leía en inglés “Títere de Putin” y “Empleado del mes del Kremlin”.

Las protestas del viernes se extendieron por todo el país.

Las protestas no terminarán cuando Trump ocupe su lugar en la Casa Blanca.

Una marcha multitudinaria de mujeres está prevista para el sábado en Washington. Christopher Geldart, director de Seguridad Nacional del Distrito de Columbia, dijo que 1.800 autobuses se han registrado para estacionar en la ciudad el sábado, lo que podría significar que casi 100.000 personas vendrán a la ciudad por ese medio.

 

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