En medio de una nueva ola de cuestionamientos sobre sus vínculos con Rusia, el presidente Donald Trump le ha dicho a asesores y aliados que podría archivar, al menos por ahora, su plan para buscar un acuerdo con Rusia en torno al grupo Estado Islámico y otros asuntos de seguridad nacional, según funcionarios del gobierno y diplomáticos.
En conversaciones con diplomáticos y otros funcionarios, Trump y sus asesores han atribuido la nueva forma de pensar a las provocaciones recientes del Kremlin. Pero el hecho de que un principio central de la política exterior del presidente esté siendo reconsiderado pone de relieve los crecientes riesgos políticos que conlleva el forjar relaciones más cercanas con Rusia, mientras el FBI investiga los vínculos de los asociados de campaña de Trump con Moscú y las comisiones del Congreso incrementan su pesquisa en torno al entrometimiento del Kremlin en los comicios estadounidenses de 2016.
La controversia ya derivó en el despido del asesor de seguridad nacional de Trump, Michael Flynn, que engañó a funcionarios acerca de sus contactos con el embajador ruso, y en las exhortaciones de los demócratas para que el secretario de Justicia Jeff Sessions renuncie después de que no reveló sus propias reuniones con el enviado del país europeo.
El nuevo escepticismo de Trump en torno a promover un acuerdo con Moscú también deja entrever la creciente influencia de una nueva serie de asesores que han adoptado una posición más enérgica frente a Rusia, incluido el secretario de Defensa Jim Mattis y el nuevo asesor de seguridad nacional, H.R. McMaster.
Durante su primera reunión con personal del Consejo de Seguridad Nacional, McMaster describió a Rusia, al igual que a China, como un país que desea cambiar drásticamente el actual orden mundial, de acuerdo con un funcionario del gobierno que asistió a dicho encuentro.
Michael McFaul, que fungió como embajador ante Rusia durante el gobierno del presidente Barack Obama, dijo que aunque Trump ha hablado abiertamente de desear tener relaciones más cálidas con Moscú, “hasta donde yo tengo entendido no ha elegido a gente en altos puestos que comparta ese punto de vista”.
Los aliados europeos también han estado presionando al gobierno de Trump para que no haga ninguna concesión temprana a Rusia. Con el fin de fortalecer sus argumentos, las autoridades europeas han estado adaptando su retórica para que se ajuste a los antecedentes empresariales del mandatario, incluido el hacerle énfasis sobre los riesgos de negociar un mal acuerdo, según dijo un diplomático occidental
Se dice que Trump, que habló favorablemente del mandatario ruso Vladimir Putin durante toda la campaña, ha mostrado interés en lograr un amplio acuerdo con Rusia en el que se pudiera incluir la cooperación en el combate al Estado Islámico, los acuerdos de control de armas nucleares y las provocaciones rusas en Ucrania. Pero en los últimos días el gobierno ha enviado señales de que este podría no ser el momento adecuado para un acuerdo así.
En una reunión en la Oficina Oval la semana pasada, Trump le dijo a sus asesores que la reciente violación de Rusia a un tratado de control de armas firmado durante la Guerra Fría es uno de los factores que complican la relación. En febrero, el gobierno de Trump acusó a Moscú de violar el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio, establecido en 1987, al lanzar un misil de crucero.
Un funcionario de la Casa Blanca confirmó la veracidad de esa conversación, y dijo que Trump cree que la violación al tratado está haciendo que un acuerdo diplomático y de seguridad con Rusia “sea cada vez más difícil de lograr”.
Los funcionarios insistieron en guardar el anonimato con el fin de poder hablar sobre conversaciones privadas.
Trump lleva meses siendo acosado por los cuestionamientos en torno a sus posibles vínculos con Rusia. Ha adoptado una posición inusualmente amistosa hacia Moscú, en la que ha elogiado el liderazgo de Putin. Además, ha dicho repetidas veces que sería mejor que Washington y el Kremlin tuvieran una relación más firme, en especial en el combate al terrorismo.