Un capo del Cártel de Sinaloa, escolta de uno de los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y que estaba vinculado con una emboscada letal contra militares ocurrida en septiembre en Culiacán, murió ayer en un enfrentamiento con la Marina de México.
A través de un comunicado, la fiscalía de Sinaloa informó sobre la muerte de Francisco Javier Zazueta Rosales durante un choque con los marinos registrado ayer por la tarde en un poblado del municipio de Culiacán, la capital de Sinaloa.
La nota de prensa subrayó que en el operativo fueron aseguradas distintas armas de alto calibre con un adaptador lanzagranadas, así como equipo táctico y de radiocomunicaciones. El texto añadió que Zazueta era uno de los cinco presos que se fugaron de un penal del estado el pasado 16 de marzo.
Los otros cuatro reos siguen prófugos y entre ellos está el hijo de Juan José Esparragoza “El Azul”, uno los líderes del Cártel de Sinaloa.
El abatido el viernes tampoco era un capo cualquiera. Zazueta fue guardaespaldas de Iván Archivaldo Guzmán, hijo de “El Chapo”, y se le vincula con uno de los peores ataques sufridos por las fuerzas armadas mexicanas en la historia reciente, según explicó a The Associated Press un funcionario estatal que pidió el anonimato por no estar autorizado a hacer declaraciones.
El 30 de septiembre en Culiacán, cinco soldados murieron y otros 10 fueron heridos en una emboscada con granadas contra un convoy militar que custodiaba una ambulancia en que era trasladado un presunto criminal herido en un enfrentamiento previo. Dos vehículos militares quedaron totalmente calcinados.
La identidad del herido no fue revelada oficialmente, pero el general Alfonso Duarte Mujica, responsable del ejército en esa zona, dijo en ese entonces que se sospechaba que la emboscada había sido organizada por gente bajo las órdenes de los hijos de “El Chapo” —actualmente encarcelado en Estados Unidos pero que en aquel momento no había sido extraditado. Posteriormente, un abogado de Guzmán Loera rechazó que los hijos de su cliente tuvieran relación con el ataque.
Desde que “El Chapo” fue capturado por tercera vez en enero de 2016 y cuando su extradición parecía inminente, se incrementó la lucha de poder en Sinaloa —no sólo en el seno del cártel que lleva el nombre del estado, lo que para algunos analistas se tradujo en un mayor protagonismo de los hijos de “El Chapo”_, sino también entre esa organización y el cártel de Jalisco Nueva Generación — los dos grupos más poderosos del país.